Páginas

jueves, 5 de julio de 2012

Espíritu Santo: Ayudador

Lectura: Romanos 8:14-27
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad…”

Todos somos pasibles de necesitar asistencia en un momento determinado. Aquellos que entienden que son autosuficientes, mantienen esta posición, hasta que se ven en una situación en donde les hace falta que le tiendan una mano. Qué bueno es recibir la ayuda de alguien cuando la necesitamos.
Haber sido ayudado representa un alivio para nosotros. Nos sentimos apoyados y acompañados.
El Espíritu Santo está disponible para ayudarnos. Él está dispuesto a tendernos la mano y brindarnos la luz que necesitamos en los momentos de oscuridad. Es nuestro ayudador.
Existe un término griego que se utiliza en la Biblia, Paracleto. Se define como “una persona llamada a estar al lado de otra” y hace referencia, en varias ocasiones, en el libro de Juan hacia el Espíritu Santo.
Este se aplica a la persona del Espíritu Santo porque es quien está presente. Esta presencia se enmarca dentro de la disponibilidad, es decir, el paracleto no mide tiempo ni hora para prestar ayuda. Siempre está dispuesto a asistir. Y lo hace de manera voluntaria.
Con todo esto queremos decir que Él no es una figura divina decorativa. No está ahí, en un estado etéreo; todo lo contrario, Su presencia es constante y fiel. Está presente en cada momento de nuestras vidas y si le damos acceso está dispuesto a ayudarnos.
No perdamos de vista, ni ignoremos el recurso ilimitado que se encuentra en el Espíritu Santo. Él está ahí para asistirnos. Darnos la mano. Aligerar nuestra carga. Acompañándonos en todas las facetas de nuestra vida.
El Espíritu Santo es nuestro ayudador


Josías Ortiz González

No hay comentarios:

Publicar un comentario