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jueves, 30 de agosto de 2012

Mandamientos: Un día...


Lectura: Éxodo 20: 1-8
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo”

Sin duda alguna, uno de los temas más polémicos dentro de la comunidad eclesiástica es la de guardar o no el sábado.

Existen diferentes doctrinas acerca de si es válido hacerlo. Algunos argumentan que sí se debe guardar, dado que Dios los estableció como fiesta perpetua. Otros sostienen que solo aplica a los judíos, mientras que otras corrientes entienden que debido al nuevo pacto sustituye al viejo, entonces esto también queda abolido. Sin embargo, aunque existen diferentes opiniones respecto de la validación del mismo, entiendo que se está perdiendo la esencia y la razón de ser del día de reposo.

Este día, como su nombre lo indica, se estableció como un espacio de reposo, a razón de que Dios descansó el séptimo día de la creación. Y contempló la maravilla hecha por Sus manos. En otras palabras, es un momento de satisfacción. Pero más que todo es un momento de vinculación con Dios.

El día de reposo representa un momento de intimidad con Dios. De manera que lo importante no es el día, en sí mismo, sino el significado de este. Él decidió no crear más para contemplar y disfrutar de aquello que había formado, y relacionarse con Su creación.

Y de todo lo creado, la cúspide de Sus manos se engloba en la creación de hombre y la mujer. De manera que, en esencia, Dios apartó un día para el hombre y la mujer. Él decidió estrechar los lazos con algo formado a Su imagen y semejanza.

Por lo tanto, enfoquémonos en la importante, la relación con Dios. Dediquemos el tiempo que Él se merece. Pero más que todo permitámonos experimentar la relación con Dios.





Josías Ortiz González

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