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miércoles, 29 de agosto de 2012

Mandamientos: Nombre único…


Lectura: Éxodo 20: 1-7
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

El propósito de los mandamientos es direccionar. En ellos se describe el carácter y la persona de Dios. Estos ayudan a entender los términos relacionales entre Jehová y la humanidad. De manera que se convierten en la guía, por excelencia, para conocer a Dios.

El tercer mandamiento habla acerca de Su santidad. Dios, y todo lo que tiene que ver con Él es santo. Esto significa que es puro, limpio e intachable. No es algo con lo cual se relaje o juegue. Y en este mandamiento es bien claro al decir que Su nombre no es algo que se pueda tomar a la ligera.

De hecho Su nombre, aún hoy es un misterio. Ya que el término Jehová es una interpretación del sonido que devenga el Tetragrámaton, que son el conjunto de consonantes que forman el nombre de Jehová. Y la razón de esto era que al ser Su nombre sagrado ellos no lo pronunciaban, evitando cometer algún error, o utilizarlo fuera de contexto.

Ahora, no me interesa enfocar la manera en cómo no tomarlo en vano, sino cómo tomarlo que valga. Y la manera, entiendo más idónea, es llevando a cabo Su voluntad; que es la expansión del reino de los cielos, a través de la predicación de Su Palabra.

2da de Pedro 3:9 dice: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”

Su voluntad es que Su nombre sea utilizado como viaducto de salvación para todo aquel que cree.



Josías Ortiz González

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