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viernes, 8 de junio de 2012

Predestinación

Lectura: Romanos 8:1-30
“…Los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo…”
Una de las palabras más controversiales en el ámbito eclesiástico es: predestinación. Diferentes teorías e ideologías se han forjado a razón de tal palabra. Ha generado divisiones entre  grupos que profesan el Cristianismo. Entrar en medio de la discusión respecto de ella; o emitir un juicio de valor respecto de cómo se interpreta, no es la intención de este autor.  Sino analizar el  fin de esta.

Claramente Pablo explica que es para ser conforme a la imagen de Su Hijo. Dios destinó, previamente, que seamos una reproducción de la imagen de Cristo. Esto significa que desea que seamos como Él. Un reflejo de Su imagen.
Ahora, ¿Cómo logramos esto de manera práctica? Enfocándonos en la libertad. Cristo vivió a través de la necesidad de libertad de las personas. Entendió que el rumbo, de aquellos que eran esclavos del pecado era catastrófico. Una eternidad sin Él.
Pablo, en Romanos 8, habla acerca de la supremacía de la ley del Espíritu sobre la ley regular. En otras palabras, la ley es solo evidencia que señala aquello que es incorrecto. Sin embargo, la Ley del Espíritu es libertad. Libertad de la esclavitud del pecado.
El pecado es adictivo. Como el cáncer, se esparce en el corazón de las personas, carcomiendo la esencia espiritual de ellas.  Y solo Cristo es la cura. Solo Él es la libertad.
Estimado(a) lector(a) fuimos predestinados para ser como Cristo. En otras palabras, fuimos predestinados para ser libres. Él representa nuestra libertad. El evangelio de Juan 8:32 dice: “Y conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres”, ¿Quién es esta verdad? Cristo.
No permitamos que el pecado se adueñe de nosotros. Fuimos destinados desde el principio para ser libres.


Josías Ortiz González

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