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viernes, 1 de junio de 2012

Jesús: Salvación

Lectura: Lucas 4:16-21
“…Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”

Jesús se caracterizó por hacer declaraciones públicas contundentes. Entre ellas, que la profecía dicha por Isaías en el capítulo 61, estaba cumpliéndose en ese momento delante de los hombres que asistieron a la sinagoga. Ante sus ojos estaba la salvación de Israel. El Mesías esperado. La respuesta a la humanidad. Y existen algunas especificaciones acerca de la misión que venía a cumplir.
Jesús vino a predicar las buenas nuevas, que es el Evangelio. A Vendar a los quebrantados de corazón, libertad a los cautivos y presos, a proclamar el año de la buena voluntad; entre otras cosas. En resumidas cuentas, Jesús representa la salvación a la condición de insuficiencia espiritual de la humanidad. Cristo vino a suplir las necesidades del alma.
La pregunta que surge es ¿Por qué hay tanta necesidad entonces? Porque no hemos asumido el cumplimiento de esta promesa. No hemos concretado el concepto de la salvación en nuestras vidas.
Salvación no se simplifica a solo ir al cielo, que es el fin último de todo creyente, sino que representa la satisfacción a la necesidad intrínseca de la humanidad. Una relación significativa con Dios.
Jesús no estaba diciendo que las aflicciones se acabarían al aceptarle. Todo lo contrario, Él mismo en Juan 17:33 dijo: en el mundo tendréis aflicción. Confirmando que la aflicción es parte de este camino. Sin embargo, más adelante en ese mismo verso dice: pero confiad, yo he vencido al mundo. Cristo es la respuesta, quien satisface la necesidad del alma. Que está por encima de la dificultad del mundo. Solo tenemos que confiar que Él venció.
Cristo nos ofrece la salvación que completa nuestro ser y satisface el alma. Creámosle; Él tiene las respuestas.
Jesús es Salvación.


Josías Ortiz González

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