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miércoles, 27 de junio de 2012

Necesidad: Afiliación

Lectura: Juan 15:1-16
“…os he llamado amigos…”

A medida que se va escalando la pirámide de las Necesidades de Maslow, se va pasando de lo tangible a lo intangible, de lo simple a lo complejo. Se pasa del espacio físico al espacio del alma.
El tercer nivel es la Necesidad de Afiliación. También se le conoce como necesidad de pertenencia. Es inherente en nosotros sentir que pertenecemos.  Que somos parte de algo externo a nosotros. Pero esto viene a raíz de nuestra necesidad de sentirnos correspondidos.
Somos entes sociales. Nos manejamos en función de la interacción con las personas de nuestro entorno. Algunos buscan aprobación, otros, apoyo; mientras que otros, anhelan tener un simple contacto. Esto puede variar. Lo cierto es que todos coincidimos en nuestra necesidad de vincularnos.
A todo esto, dentro de nuestros esquemas sociales, categorizamos nuestras relaciones. Basado en el nivel de acercamiento que tengamos. Cada vínculo es distinto.  Y este  acercamiento se mide a raíz de la información que se confiere.
Cristo, previo a Su crucifixión, tuvo un momento con sus discípulos. Para alentarlos y prepararlos para Su partida física de la tierra. Durante esta interacción, Jesús decide cambiar el tipo de relación que tenía con ellos.
Inicialmente era una relación “empleador-empleado” en donde ellos servían a Jesús. Sin embargo, Él entendió que, dado el nivel de que les había confiado, se había eliminado la relación Señor-Siervo. Ya había pasado la barrera laboral, habían llegado a lo personal. Cristo tomó la decisión de llamarlos amigos. Había intimado con ellos. Les había comunicado cosas que el común desconocía
Jesús quiere sostener ese mismo tipo de relación con nosotros, nos quiere hacer sentir como amigos. Con la confianza de acercarnos a Él en oración.
Sabiendo que ya no somos siervos, sino, amigos.


Josías Ortiz González

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