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martes, 25 de septiembre de 2012

Parabolas: “Dracma Perdida”


Lectura: Juan 15: 8-10
“…Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. ”



La segunda parabola que utiliza Cristo en el capítulo 15 de Lucas, tiene el mismo fin que la de la oveja perdida. Demostrar el valor intríseco que tiene una vida que se arrepiente.

Sin embargo, Jesús utiliza otra imagen; la del dinero. En este caso, la dracma.  Un tipo de medida de moneda utilizada en el tiempo de Cristo. Era una de las denominaciones más pequeñas de la época y lo simplifica en la posesión de 10 dracmas. Que tomando en consideración que para llegar a un talento se necesitaban 100 dracmas. El valor de una, respecto del talento, era insignificante. Pero es ahí donde radica la grandeza de esta parabola. Lo que para muchos puede ser insignificante, es valioso para Dios.

Jesús relata que si una mujer pierde una de estas monedas, aún sea una dracma, enciende una lampara, busca una escoba, y empieza a buscarla con diligencia. Es decir, pone empeño en conseguirla devuelta, porque para ella es importante. Representa valor. Pero más aún, si logra encontrarla, entonces celebra el hallazgo. Dejandonos ver que cuando un alma se reencuentra con Su Creador, representa un gozo tal que tiene que celebrar.

La realidad es que para Dios somos importantes. La Biblia dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”

Dios busca nuestra salvación. Su amor por nosotros va  más allá de lo que podemos imaginar. Tan lejos que decidió entregar a Su Hijo para nuestra salvación. Con el único requisito de creer en Él.


Él nos ama




Josías Ortiz González

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