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viernes, 21 de septiembre de 2012

Conversando con Jesús: Parte IV


Lectura: Juan 4: 25-42
“¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega..”


Es increible la capacidad transformadora de Cristo. Con una conversación común, sobre una solicitud de agua, una mujer fue impactada; de manera que no se pudo contener y tuvo que compartir aquello que había recibido.

Cristo fue encausando el dialogo de forma tal que entendió que con quien hablaba no era alguien común y corriente. Ella estaba al frente del Mesías prometido.  En este punto de la conversación ya no importaban las diferencias históricas entre judíos y samaritanos. El impacto cultural de un hombre hablando con una mujer de esa manera, tampoco importaba. Todo se resumía a que ella había encontrado una fuente de agua de vida. Había conversado con Jesús.

De esta conversación se pueden extraer muchas enseñanzas, ahora, de esta última parte lo clave es que ella compartió lo que habia recibido. Tan pronto recibió el Evangelio, hizo labor de evangelización.

La pregunta que puede surgir es ¿Por qué lo hizo? porque entendió la gracia que recibió e identificó la necesidad que había en el pueblo.

Para ella el encuentro con Jesús representó el cumplimiento de una profecía. Pero más que todo, quedó sorprendida porque le había revelado su vida. Logró conectar con su corazón. Dándonos a entender la importancia de predicar este evangelio.

Hemos recibido de Dios la salvación. Convirtiendonos en Sus siervos. Proclamadores de Cristo. Por lo tanto, nos toca evangelizar a aquellos que tienen la necesidad.

Ser discipulo de Cristo es ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. Dando a conocer lo que Él hizo en nosotros




Josías Ortiz González

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