“…y a los discípulos se les llamó
cristianos por primera vez…”
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Representa un giro de 1800.
Quien antes mentía, por la salvación, no lo hace más. Quien hacía daño a su
prójimo con palabras ofensivas, por la salvación, no lo hace más. Quien no
prestaba a atención a Dios y Sus preceptos, por la salvación, ahora, los usa
como norma de vida. De manera que la salvación refleja un cambio de conducta.
Sin embargo, lo que hace más
evidente ese cambio es la capacidad que otros, por nuestras acciones, puedan
identificar un comportamiento igual al de Cristo. Que, a razón de esto, nos
identifiquen, llamándonos, cristianos.
Cristiano es aquel que sigue los
pasos de Jesús. Por quien brilla la luz del Salvador.
Ahora, esto no es una aureola que
tenemos en la cabeza que nos diferencia de la multitud. O algún tipo de marca
visible. Todo lo contrario. Lo que hace brillar esta luz de Cristo son nuestras
acciones. El comportamiento que tengamos ante la sociedad es la evidencia de
nuestro cristianismo.
Existe un cambio en el corazón
que solo Dios y tú pueden constatar. Sin embargo, existe un resultado directo
del cambio en el corazón respecto de nuestras acciones.
El mismo Jesús dice que tenemos
que nacer de nuevo. Una nueva vida, en Cristo, debe marcarnos. Somos cambiados
por la Salvación. Nos hace que seamos llamados cristianos.
El resultado de la Salvación es
un cambio en el corazón que se refleja en nuestras acciones.
Josías Ortiz González
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