“…Hoy se ha cumplido esta
Escritura delante de vosotros”
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Jesús vino a predicar las buenas
nuevas, que es el Evangelio. A Vendar a los quebrantados de corazón, libertad a
los cautivos y presos, a proclamar el año de la buena voluntad; entre otras
cosas. En resumidas cuentas, Jesús representa la salvación a la condición de
insuficiencia espiritual de la humanidad. Cristo vino a suplir las necesidades
del alma.
La pregunta que surge es ¿Por qué
hay tanta necesidad entonces? Porque no hemos asumido el cumplimiento de esta
promesa. No hemos concretado el concepto de la salvación en nuestras vidas.
Salvación no se simplifica a solo
ir al cielo, que es el fin último de todo creyente, sino que representa la
satisfacción a la necesidad intrínseca de la humanidad. Una relación
significativa con Dios.
Jesús no estaba diciendo que las
aflicciones se acabarían al aceptarle. Todo lo contrario, Él mismo en Juan
17:33 dijo: en el mundo tendréis aflicción.
Confirmando que la aflicción es parte de este camino. Sin embargo, más adelante
en ese mismo verso dice: pero confiad, yo
he vencido al mundo. Cristo es la respuesta, quien satisface la necesidad
del alma. Que está por encima de la dificultad del mundo. Solo tenemos que
confiar que Él venció.
Cristo nos ofrece la salvación
que completa nuestro ser y satisface el alma. Creámosle; Él tiene las
respuestas.
Jesús es Salvación.
Josías Ortiz González
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