“…os he llamado amigos…”
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El tercer nivel es la Necesidad
de Afiliación. También se le conoce como necesidad de pertenencia. Es inherente
en nosotros sentir que pertenecemos. Que
somos parte de algo externo a nosotros. Pero esto viene a raíz de nuestra
necesidad de sentirnos correspondidos.
Somos entes sociales. Nos
manejamos en función de la interacción con las personas de nuestro entorno.
Algunos buscan aprobación, otros, apoyo; mientras que otros, anhelan tener un
simple contacto. Esto puede variar. Lo cierto es que todos coincidimos en
nuestra necesidad de vincularnos.
A todo esto, dentro de nuestros
esquemas sociales, categorizamos nuestras relaciones. Basado en el nivel de
acercamiento que tengamos. Cada vínculo es distinto. Y este
acercamiento se mide a raíz de la información que se confiere.
Cristo, previo a Su crucifixión,
tuvo un momento con sus discípulos. Para alentarlos y prepararlos para Su
partida física de la tierra. Durante esta interacción, Jesús decide cambiar el
tipo de relación que tenía con ellos.
Inicialmente era una relación
“empleador-empleado” en donde ellos servían a Jesús. Sin embargo, Él entendió
que, dado el nivel de que les había confiado, se había eliminado la relación
Señor-Siervo. Ya había pasado la barrera laboral, habían llegado a lo personal.
Cristo tomó la decisión de llamarlos amigos. Había intimado con ellos. Les
había comunicado cosas que el común desconocía
Jesús quiere sostener ese mismo
tipo de relación con nosotros, nos quiere hacer sentir como amigos. Con la
confianza de acercarnos a Él en oración.
Sabiendo que ya no somos siervos,
sino, amigos.
Josías Ortiz González
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