La meta espera

 31Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?


Mateo 14:31

Una fuerte tempestad azotó la barca de los discipulos; y estos estaban asustados. Vale decir, que ellos conocian del mar, eran pescadores. En toda esa confusión, una imagen se divisa en el horizonte, y ellos creían que era un fantasma. Cristo se adelanta y les dice: Tened ánimo(no se turben), yo soy, no temais.

Al parecer Pedro no estaba muy seguro de quien les hablaba, y decidió probar la veracidad de Cristo:le pidio la autorizacion para llegar a El. Jesús le dijo: “ven” , y Pedro comenzo a caminar hacia Cristo. Sin embargo, desvío la atención, miro los vientos y empezo a hundirse. Es entonces cuando Cristo extiende su mano y le dice hombre de poca fe, por qué dudaste.

La vida de los seres humanos es muy cambiante, hacemos diferentes planes y proyectos para realizarlos en nuestro caminar, pero muchas veces, por temores o dudas, desviamos la atención y perdemos el foco de lo que iniciamos.

El ejemplo bíblico nos enseña que la iniciativa de ir a Jesús sale, en primer lugar, del mismo Pedro; no es algo que Cristo inició o pidió, esta solicitud requirio la aprobacion de Jesús para ser efectiva. Pedro tenia el deseo de llegar a Cristo, y pidio que fuese sobre las aguas, luego de una autorización concedida,materializa dicho deseo, no obstante la duda invadió su mente y le impidio cumplir a cabalidad el mismo.

Pedro perdió en ese momento, la oportunidad de llegar a su objetivo de llegar a Cristo, mas que caminar por las aguas. En ese sentido, el desafio es no perder la perspectiva de la vida, de aquellas situaciones que tienen valor eterno. Los vientos pasajeros nos pueden desviar la atencion, como tambien los temores. Mantener los ojos puestos en Jesus es garantia para alcanzar el objetivo. Recordemos que lo importante no es caminar sobre las aguas, si no, llegar a la meta: “Jesus”

Esto trae consigo un paso de fe, el cual debe mantenerse, aun, cuando haya vientos que intenten desviar nuestra atención; lo que determina, una persistencia y coherencia en el trayecto hacia la meta alcanzar.