Lectura: Éxodo 20: 1-8
“Acuérdate del día de reposo para
santificarlo”
Sin duda alguna, uno de los temas
más polémicos dentro de la comunidad eclesiástica es la de guardar o no el
sábado.
Este día, como su nombre lo
indica, se estableció como un espacio de reposo, a razón de que Dios descansó
el séptimo día de la creación. Y contempló la maravilla hecha por Sus manos. En
otras palabras, es un momento de satisfacción. Pero más que todo es un momento
de vinculación con Dios.
El día de reposo representa un
momento de intimidad con Dios. De manera que lo importante no es el día, en sí
mismo, sino el significado de este. Él decidió no crear más para contemplar y
disfrutar de aquello que había formado, y relacionarse con Su creación.
Y de todo lo creado, la cúspide
de Sus manos se engloba en la creación de hombre y la mujer. De manera que, en
esencia, Dios apartó un día para el hombre y la mujer. Él decidió estrechar los
lazos con algo formado a Su imagen y semejanza.
Por lo tanto, enfoquémonos en la
importante, la relación con Dios. Dediquemos el tiempo que Él se merece. Pero
más que todo permitámonos experimentar la relación con Dios.
Josías Ortiz González
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