Lectura: Éxodo 20: 1-12
“Honra a tu padre y a tu madre,
para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.”
El quinto elemento del decálogo
trata acerca de honrar a nuestros padres. Este es un tema espinoso, ya que no
todos los padres y madres son dignos de mucho honor. Existen los que abandonan
sus familias o aquellos que aún no habiéndose ido, han mal utilizado el
privilegio que les dio Dios.
Ahora, independientemente de la condición
particular de cada padre o madre, existe un mandato de Dios a que tenemos que
honrarlos. En este caso no está supeditando la honra a la circunstancia, sino
que la superpone.
Y la razón por la cual tenemos
que honrarlos es porque fueron el canal que Dios utilizó para darnos vida. A
través de ellos, se concatena el propósito establecido por Él para cada uno de nosotros. Sin ellos hubiese
sido imposible, que estuviéramos aquí.
¿Qué significa esta honra? Que más
allá del pasado que pudieran tener, nosotros tenemos que llevar el nombre de
nuestra familia a la voluntad de Dios. Sobre nosotros recae un nombre familiar.
Que nos identifica ante la sociedad. Pero no nos estigmatiza sino que nos da la
oportunidad de hacerlo digno. Cumpliendo aquello a lo que Dios nos ha llamado.
Honremos a nuestros padres siendo
ejemplos de conducta ante la sociedad y ante Dios. Recordando que existe una
promesa de extensión de días a quien logra llevarlo a cabo.
Josías Ortiz González
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