“Y Él le dijo: Hija tu fe te ha
salvado; ve en paz”
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Un día coincide con una multitud
y logra divisar a un hombre, que muchos decían que sanaba las enfermedades. El
dolor era constante. Posiblemente en su corazón había un poco de temor y duda
de cómo atravesar el mar de gente que rodeaba a Jesús. Sin embargo, el dolor
era insoportable, y decidió dar un paso de fe.
Logró, con mucho esfuerzo,
atravesar la multitud. Fue golpeada y abatida por la masa que seguía a Cristo,
sin embargo, en ella había una llama que no podía ser extinguida, su necesidad
de encontrar una solución a su problemática de tantos años.
Extiende su mano y logra tocar el
borde del vestido de Jesús. Algo totalmente extraordinario pasó. Su cuerpo
había cambiado; el dolor desapareció. Estaba maravillada y pensaba irse, quizás
para no molestar. Del otro lado, Jesús también sintió algo “inesperado”. Poder
había salido, de forma espontánea. Y hace la pregunta: ¿Quién me ha tocado?
La voz quebrantada de esta mujer
murmulla diciendo: “Yo lo he hecho Señor” y la tierna y dulce voz de Cristo
dice: “Hija tu fe te ha salvado, ve en paz”
Lo que puede hacer la diferencia
en tu vida es tu fe. Creer que Cristo
tiene la respuesta y la salida.
Vayamos a Cristo y por nuestra
fe, Él solucionará nuestra situación…
Josías Ortiz González
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