Lectura: Éxodo 20: 1-4
“No te harás imagen, ni ninguna
semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las
aguas debajo de la tierra.”
El primero trata acerca de quién
es Dios y su característica principal, Su eternidad. Y con ella, la ausencia de
límites humanos. Pero más que todo nos hace ver la superioridad de Dios sobre
todas las cosas. Es Supremo. Nada es por encima de Él; y es el único digno de
adoración.
Sin embargo, nuestro cerebro necesita
parametrizar las cosas para entenderlas. Y la manera más fácil de hacerlo es a
través de la creación de imágenes, que nos ayuden a visualizar aquello que
queremos asumir. En ese sentido, es común que las diferentes culturas hayan
hecho imágenes de sus divinidades. O que hayan etiquetado a los elementos de la
naturaleza como entidades superiores.
En este caso Dios dice que este tipo de
práctica debe estar exenta de aquellos que han decidido seguirlo. Él no es
Dios de imágenes humanas. Es un Dios que está por encima de ellas. Es un Dios
al cual hay que seguir por fe.
Dios necesita que, quien decide ser Su
hijo, le crea por lo que ha dicho y no por la posible explicación racional de
una imagen. Al hacer una imagen de Él,
le estamos igualando a Su creación. Él es superior. Las imágenes limitan a un
Dios ilimitado.
Solo basta tener fe, para entender la
grandeza de Dios.
Josías Ortiz González
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