Páginas

lunes, 20 de septiembre de 2010

Es simple

17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

Juan 3:17

En el tiempo he notado que Jesús es muchas veces distanciado de la realidad; es decir, se pudiera entender que desconocemos el propósito de Él venir.

En este pequeño fragmento del libro de Juan, nos dice que El vino para salvarnos, no ha condenarnos.

Quizás nos ha pasado por la mente que por los errores que hemos cometido en el pasado Cristo nos va a rechazar o que somos tan malos que no podemos acercarnos a Él; sin embargo, este versículo claramente nos dice que Jesús vino a salvar y no a condernar.

Todo esto determina que no importan que tan oscuro o estraño sea nuestro pasado o presente, Cristo vino para salvarnos. Cada una de las vidas que pertenecen al planeta tierra es imporante para Dios.

En ese sentido, qué tiene que suceder para que Cristo nos salve. Al muy simple... entregarnos a Él, permitir que Él sea nuestro Señor. Darle nuestra voluntad y seguir sus pisadas marcadas en la Biblía.

Es algo tan simple que solo esta a una confesión de parte nuestra que denote nuestra necesidad de Él y seguirle.

Piece of cake!

No hay comentarios:

Publicar un comentario