Páginas

lunes, 12 de julio de 2010

Nos dio ejemplo

Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.
Lucas 11:4ª


Entre un familiar y yo se dio una situación que, a la verdad, no quisiera repetir nunca en mi vida. Por una diferencia de ideas y acciones, generé un desprecio por él, como nunca antes había sentido por alguien. Era algo que llegaba al grado de no importarme su vida en lo absoluto. Recuerdo que una vez nos invitó como familia a su apartamento y me rehusé, tajantemente, porque no quería tener contacto con él.

Todos y cada uno de nosotros hemos faltado a Dios; y yo, sin ser la excepción, durante ese período también había le había faltado e iba delante de Él y le pedía perdón. Sin embargo, cada vez que me presentaba delante de Dios, los recuerdos de mi situación con ese familiar eran como flashbacks que intervenían en mi mente, hasta el punto que no podía orar adecuadamente.

Este proceso tomó algunos cuatro a cinco meses para ser saneado; doy gracias a Dios, porque ya todo pasó. Sin embargo, quise traer esto para relacionarlo con el quinto elemento de la oración modelo, ya que Jesús nos enseña, que en la misma proporción que perdonemos a nuestros deudores o prójimo, seremos perdonados por El.

Es probable que Dios nos haya perdonado cosas que nosotros sabemos son imperdonables, humanamente hablando; sin embargo, Jesús nos insta a que pidamos perdón por nuestras faltas, pero, a la misma vez, perdonemos a quienes han cometido faltas contra nosotros.

Dice una ley de física que toda acción tiene una reacción de igual magnitud, pero en sentido inverso. No sé si Dios utiliza esta ley, lo que sí es seguro es que, de la misma forma en que Dios nos ha perdonado; en la misma forma en que nos ha mostrado su amor, aún siendo nosotros pecadores, asimismo tenemos nosotros que mostrar ese amor a quienes nos han hecho mal.

Recordemos que perdonar no es olvidar; perdonar es eximir de culpa a quien ha cometido alguna falta. Por lo tanto, seamos sanos interiormente, no carguemos con rencores y situaciones amargas de nuestras vidas. Perdonemos; mostremos eso que Dios ha hecho con nosotros innumeras veces. Es muy probable que no sea fácil, pero les aseguro que nuestras vidas no serán iguales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario