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lunes, 19 de abril de 2010

Got milk?... Tenemos agua...


10Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.

Juan 4:10

La biblia registra en los evangelios diferentes momentos en los que Cristo se sentó con personas en particular para hablar las verdades de las buenas nuevas de salvación. En esta oportunidad, Jesús habla con una samaritana que iba a buscar agua a un pozo.

En esa interacción, Cristo le pide agua y ella se asombra, ya que entre judios y samaritanos habian disputas ancestrales de tipo racial y político, en tal magnitud, que no intercambiaban palabra alguna. Sin embargo, Jesús inicia una conversación y ella, sorprendida, le cuestiona los motivos de esa acción. El elemento focal en esta historia es que Jesús inicia con una petición que luego cambia a una oferta de lo que inicialmente estaba requiriendo.

De acuerdo con estudios, los seres humanos somos 70% agua, y es más fácil subsistir sin alimento sólido a eximirse de ingerir agua. En este caso, Cristo le ofrece a esta mujer agua, pero no una común, si no, una viva.

La mujer no entendía quién se estaba dirigiendo a ella; quizás pensó que se comunicaba con un hombre cualquiera, sin embargo, fue nada más y nada menos que quien rige todo el universo.

En este día, te invito a que miremos quién y qué nos esta ofreciendo. Cristo vino a este mundo para reconectarnos con Él, porque es quien tiene ese elemento que forma la parte esencial de nuestras vidas.

Definitivamente no podemos vivir sin agua, nuestro cuerpo la requiere día a día; ergo, necesitamos se provistos de la misma constantemente. Pero no de una extraída de un pozo subterraneo, si no, una que sea para vida eterna.

Cristo nos ofrece agua...

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