Lectura: Salmo
23
“Confortará mi alma”
Dos elementos importantes se tratan en los
primeros dos versículos del Salmo 23; primero: David reconoce que tiene
necesidades que serán suplidas cuando Jehová sea su pastor; segundo: Jehová es
quien nos ha de llevar a lugar de delicados pastos para poder descansar y a
aguas de reposo para poder ser pastoreados. El tercer elemento alude a que, el
proceso de relación, inicia confortando nuestra alma.
Los pastores tienen un trabajo de tiempo
completo. Van desde muy temprano al redil; dirigiendo las ovejas a pastos
adecuados, que coincidan aguas calmas. Sin embargo, el trayecto hacia esos
lugares puede traer fatigas.
Es por esto que cada pastor, luego de llegar
a estos lugares, comienza a confortar a sus ovejas. Este proceso consiste en el chequeo
veterinario de las ovejas, y en caso de haber identificado un problema, sanar
esa herida o molestia. Lo interesante es que David, conociendo este proceso, y
admitiendo su necesidad, anhela que Dios haga en él un chequeo del alma.
Cuántas cosas ha guardado nuestra alma. Cosas
que sabemos que están ahí pero no le hemos contado a nadie. Que necesitan ser
confortadas; saneadas por El. Heridas
del alma, aquellas que están escondidas; donde nadie puede entrar.
Es posible que estas heridas hayan sido
generadas por una relación fallida, quizás por algún evento desagradable o
quizás por asuntos no resueltos en nuestras vidas. La lista puede continuar,
sin embargo, tengo noticias. Dios, sí puede y quiere, entrar a confortar esas
áreas de nuestra alma, que necesitan el toque agradable de nuestro Señor. Si le
permitimos que entre, chequé dentro de nosotros y conforte nuestra alma
Es un paso de fe; que determinará nuestra
curación por aquel que quiere pastorearnos.
Josías Ortiz
González
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