“… y la verdad…”
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Es interesante porque Jesús
expresa Su pensar, al enunciar Yo soy la
verdad. Es una afirmación. Está diciendo, primero, yo también tengo una
verdad; lo que le hace, por lo que hemos definido anteriormente, tener una
ideología e intereses. Segundo, superpone dicha verdad sobre cualquier otra
verdad; al utilizar el artículo “la” y singulariza el concepto, no admitiendo
otra, excepto esta.
Ahora, si partimos del principio
de la contextualización, veremos que está hablando acerca de garantías y evidencias.
Sobre cosas venideras. Él se iba por un tiempo y luego regresaría a buscar a
aquellos que creyeron. Por lo tanto, la forma de evaluar esta verdad. Es
poniendo a prueba las garantías y evidencias a las cuales está sujeta.
Podemos mencionar dos, la
primera: Su Palabra. Las diferentes profecías y el cumplimiento de estas al pie
de la letra. La segunda: Su resurrección. Cristo resucitó. Por lo que la
garantía recae sobre la validación de Sus hechos. De manera se hace a Sí mismo la
garantía. Dejándonos abierta la decisión de creerle.
Esta verdad no está sujeta a
cristales, sino a garantías y evidencias. Dios no se mide en función de
percepciones sino de una fe que se sustenta sobre una verdad demostrada
Elijo creerle.
Josías Ortiz González
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