“…Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón…”
La contabilidad organizada se
sustenta sobre el sistema de partida doble. Significa que, para que exista un
balance o equilibrio en la cuentas, cuando haya una erogación de dinero debe
ingresar un bien o servicio. En otras palabras No hay deudor sin acreedor, ni acreedor sin deudor. Es una
correlación de eventos que determinan la existencia mutua de una transacción.
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Nos ha mostrado que nos ama. Dándonos la vida,
el aire, el alimento. Nos protege, guarda de peligros y guía a través de Su Palabra.
Ahora, todo eso, que nace de Él para nosotros,
espera una retribución. Nuestra entrega total. Dios nos pide que le amemos con
todo nuestro corazón. Es una relación. Dios anhela sostener un vínculo de reciprocidad.
Es ilógico sostener una relación con alguien que
no corresponde. De hecho, si alguien sostiene una relación así puede
considerarse enfermiza.
Dios quiere entablar un vínculo de cercanía. Por
dos razones sencillas: Nos ama y creó. Dentro del tiempo sin tiempo, Él tomó la
decisión de crear, y luego de hacerlo, amó lo que creó. Sin embargo, para que
sea una relación sana, nosotros tenemos que amarle. Y la mejor forma de
hacerlo, es estando convencidos de quién es y lo que hace.
Él es nuestro Señor, Dueño y Creador; le
pertenecemos. Pero por sobre todas las cosas nos ama. Y nuestro amor hacia Él
se resume en: Hacer Su voluntad. Juan
14:15 dice: Si me amáis, guardad mis mandamientos.
Amemos a Dios.
Josías
Ortiz González
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