Eres bienvenid@ a este blog. Ha sido creado para compartir reflexiones, basadas en historias y vivencias; tanto propias como de aquellas personas, que de alguna manera, han transitado por la vida dejando una huella en mi. Te invito a que juntos compartamos de dichas reflexiones, para crecimiento mutuo. Eres libre de comentar; como de solo interiorizar sin emitir comentarios. Mi deseo que podamos establecer un vínculo especial a través de este medio.
miércoles, 16 de junio de 2010
Una Relación
1Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. 2Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos...
Lucas 11:1-2
Una de las costumbres de Jesús mientras anduvo en la tierra era orar; se apartaba y a solas se comunicaba con su Padre Dios. Lo hacía de manera constante alrededor de una misma hora dependiendo de la agenda. Era algo que tenia necesidad de hacer. Uno de esos días uno de sus discípulos quiso hacer lo mismo que Jesús y le pidió que le enseñara a orar.
Orar es hablar con Dios; y si tomamos el contexto de la petición ese discípulo le pide a Jesús que le enseñe a comunicarse con Dios. Lo que significa que existen personas que no saben comunicarse con Dios.
Esta solicitud hecha por el discípulo fue respondida con un modelo que encierra cómo entablar una comunicación con Dios. Jesús inicia diciendo, Padre nuestro que estas en el cielo; en este pequeño fragmento podemos ver que para tener una buena comunicación primero debemos tener un vínculo con Dios.
Existe una realidad que aunque queramos no podemos obviar, los lazos familiares son irrompibles, es decir, biológicamente es imposible que deje de ser hijo de mis padres, porque existe un vínculo que va más allá de las actas de nacimientos u otros documentos legales; existe una unión sanguínea.
En ese sentido, Dios requiere de nosotros que tengamos una relación con El que no se limite a momentos o conceptos. Nos pide que tengamos un vínculo más allá de lo tradicional o situacional. Dios anhela que seamos sus hijos. El quiere ser parte de nosotros.
Esto ha creado que personas encuentren formas de buscar esa relación, y es por esto que nacen las religiones. Y estas no son malas; yo mismo formo parte de una y me rijo por ellas con cosas planteadas, de acuerdo a La Biblia.
Sin embargo, Dios ofrece algo que va más allá que una religión, El ofrece una relación y es con ese vínculo irrompible que empezaremos a comunicarnos con El.
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