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martes, 31 de julio de 2012

Encuentro: Parte II

Lectura: Juan 3: 1-21
 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”

La entrevista a solas que tuvo Nicodemo con Jesús, aquella noche, marcó su vida. Es posible que haya quedado alguna que otra duda, sin embargo, lo que es seguro es que este intelectual fue inquietado por una de las verdades más sencillas pero al mismo tiempo más incomprensibles del Evangelio. La capacidad de nacer de nuevo.
Es sinónimo de inicio, principio o génesis. En este se sugiere que aquello que no existía pasa a existir y a ocupar un espacio. En otras palabras, nacer es vida.  Es abrirse paso a un mundo nuevo. De estar en un lugar con condiciones ideales a uno con condiciones adversas; en donde hay que sobrevivir.
Ahora, Cristo no le da esa tónica a la conversación. Sí le está hablando sobre un nuevo inicio, pero con la salvedad de que al lugar al que va no es adverso, sino que es celestial. Cristo le está ofreciendo una esperanza. La esperanza de ver el reino de Dios.
Es cierto que en este mundo tenemos aflicciones, pesares y dolencias; pero, a pesar de todo eso debemos confiar, porque Cristo venció al mundo. Y este nuevo nacimiento no es para este mundo, sino para uno venidero.
¿Qué significa todo esto? Que nuestras vidas no están sujetas a lo que vemos en la tierra. Sino a la esperanza de ver un cielo nuevo y una tierra nueva. Pero para eso tenemos que nacer una vez más. Y hacerlo a través de Jesucristo.
Jesús vino a darnos la esperanza de que un día lo que vemos dejará de ser. Dando paso al reino de Dios.




Josías Ortiz González

lunes, 30 de julio de 2012

Encuentro: Parte I

Lectura: Juan 3: 1-21
 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”

Los evangelios registran varios encuentros a solas con Jesús. Encuentros de distintos tipos con diferentes personas; sin embargo, al parecer, basado en la información provista por los evangelistas, ninguno de los otros encuentros tuvo un nivel filosófico como el que tuvo con Nicodemo.
Era fariseo. Dedicaban su vida al estudio. Tenían una alta preparación académica y sobre ellos reposaba la interpretación de la ley. Eran respetados y servían como punto de referencia en relación a la aplicación de las normas y tradiciones judías.
Nicodemo, que era uno de los principales entre el grupo de los fariseos, decide ir a ver Jesús. A raíz de los milagros que se están desarrollando en la ciudad; atribuidos a Jesús. Sin embargo Cristo, que puede descifrar las intenciones del corazón, le da una respuesta distinta su planteamiento inicial.
Jesús le habla del nuevo nacimiento. Como concepto vinculado al alma, mientras que Nicodemo lo interpretó como el proceso natural de las personas. Y lo importante de todo esto es ver, que Jesús no da pie al planteamiento inicial de Nicodemo, sino que se enfoca en lo más importante. La salvación del alma.
Cristo vino a restaurar el alma;  a darnos una nueva oportunidad de nacer en Él. Es algo que no necesariamente es fácil de digerir o comprender. Sin embargo es vital para nosotros. La forma más sencilla de expresarlo es así: Sin Cristo estamos sin vida.
Solo Él puede darnos una nueva vida, un nuevo nacimiento. A través de Su Espíritu Santo. Y sin esta condición es imposible entrar al reino de los cielos.
El primer paso es nacer.




Josías Ortiz González

viernes, 27 de julio de 2012

Consecuencia de ser Seguidor: Multiplicador


Lectura: Mateo 28
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.”


La primera consecuencia de ser seguidor de Cristo es que nos hace ser herederos. Una herencia que bifurca dos elementos: Derecho y responsabilidad. Pasamos a formar parte de la familia Divina.

La segunda consecuencia se engloba en seguir las directrices establecidas por Cristo. Siendo la principal, la de ser multiplicador. Fuimos llamados a replicar esto que hemos recibido.

Se nos ha dado el regalo más preciado en todo el universo. Al aceptar a Cristo, como nuestro Señor y Salvador, hemos sido privilegiados con el don de la salvación. Dándonos la esperanza de la eternidad.

En el mundo existe una cantidad enorme de personas que todavía no han tenido este privilegio. Cuyo destino es una eternidad sin Cristo. Lo que se traduce en una eternidad en el infierno. Por esta razón, Jesús, antes de partir de esta tierra se reúne con sus discípulos y les dice: “Vayan y hagan discípulos. Conviértanse en multiplicadores de esta gracia que han recibido.

No es algo opcional o circunstancial. Jesús nos dice, de manera taxativa, que debemos predicar el Evangelio a toda criatura; para que todo aquel crea y sea bautizado sea salvo.

En el mundo hay una necesidad imperante de Dios. Las personas, de distintas maneras, están buscando formas de cómo acercase a Él. Es ahí en donde Sus discípulos entran en acción. Para guiarles al camino correcto de la salvación.

Si nos hemos hecho seguidores de Cristo, entonces nos hemos hecho también multiplicadores de Él. Llevando a cabo La Gran Comisión. Y con la promesa de que Su presencia estará con nosotros todos los días hasta el fin.



Josías Ortiz González

jueves, 26 de julio de 2012

Consecuencia de ser Seguidor: Heredero

Lectura: Romanos 8: 1-19
“…También herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”

El perfil del seguidor tiene tres elementos importantes. Primero negarse a sí mismo. Implicando la superposición de la persona de Cristo en quien decide seguirle. Segundo tomar su cruz. Representando la muerte al mundo para dar paso a la vida en Cristo, y el tercer elemento es la decisión de seguirle, que engloba el compromiso de mantenerse fiel.
Sin embargo ser seguidor de Cristo tiene consecuencias. Pasamos de ser ajenos a Dios a convertirnos en herederos de Dios. Nuestro estatus cambia. Ya no somos parte del montón, pasamos a tener un vínculo de dos maneras: legal y filial. En otras palabras, ser heredero de Dios y coheredero con Cristo nos hace tener  derechos. Nos hace asumir la responsabilidad de la familia.
La pregunta que puede surgir es ¿En qué consiste la herencia?  Tiene dos vertientes. La primera, relacionada a lo que Jesús prometió. Que Él mismo está preparando moradas celestes para todos aquellos que perseveren hasta el fin. Y la segunda, la responsabilidad de ser hijo de Dios.
Ser hijo implica seguir los pasos de Jesús; y estos nos  guían a cambiar el mundo con el poder del Evangelio. Nos direccionan a aquellos que están separados de Dios, para restablecer el vínculo que les unía a nuestro Creador.
Ser heredero sugiere que estemos dispuestos a padecer juntamente con Cristo; al punto de aún entregar nuestras vidas por causa del Evangelio. Pero también nos trae la esperanza de que, un día, seamos glorificados. Teniendo como aval la promesa de una herencia guardada en los cielos para todo aquel que crea en Él.



Josías Ortiz González

miércoles, 25 de julio de 2012

Perfil del Seguidor: Compromiso

Lectura: Lucas 9:23
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.”

El tercer elemento que determina el perfil del seguidor de Cristo es seguirle. Los dos primeros, negarse a sí mismo y tomar su cruz, implican un condicionamiento en la manera en que la persona piensa y es. Mientras que el tercero (sígame) es llevar a la ejecución las dos anteriores. Ya  que todo inicia con el deseo de ir en pos de Cristo.
Ahora, asumir el compromiso de algo es atenerse a las consecuencias del mismo. Darse cuenta de que independientemente de la condición, favorable o desfavorable, la decisión de seguirle determina el accionar de quien emprende la jornada.
Es entender que habrá momentos en donde la cruz se tornará pesada, y que negarse a sí mismo no será tarea fácil. Alentando el deseo de dejarlo todo. Sin embargo, la diferencia estará en el nivel de compromiso que se haya asumido, y la perseverancia que se tenga en mantenerlo.
Todo esto por una sencilla razón: La esperanza de glorificación en Él.
Quien decida ir en pos de Cristo, tiene la promesa de que un día, Dios mismo dirá “Consumado es”. Significando nuestra victoria. Dando a entender que la negación a nosotros mismos y la cruz que cargábamos ha pasado. Solo nos queda la glorificación.
Pablo dice en la carta a los Tesalonicenses que Jesús mismo, un día elevará Su  voz de mando, de arcángel y  adjunto de  trompeta; descenderá del cielo. Marcando el inicio de nuestra glorificación en Él.
Asumir el compromiso es tener la esperanza de que seremos glorificados. Y que todos estos sacrificios valdrán la pena.
 
 Sigámosle



Josías Ortiz González

martes, 24 de julio de 2012

Perfil del Seguidor: La Cruz

Lectura: Lucas 9:23
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.”

El segundo elemento que define el perfil del seguidor de Cristo es tomar su cruz. 


Se da por entendido, en las comunidades eclesiásticas, que este verso, hace alusión a la cruz como una problemática situacional. Por ejemplo, si en una pareja, uno de los cónyuges no es cristiano y el otro sí. Siendo el primero obstáculo para el segundo; entonces, quien es creyente,  carga la cruz  llamada “Cónyuge no cristiano”
Al analizar el contexto de lo que plantea  Jesús en esta porción de la Palabra. Nos daremos cuenta que la cruz no se refiere a esto. Las situaciones están sujetas a cambio de los factores que las generan. Si la pareja acepta a Cristo, el factor determinante cambia, ergo la situación. Dejando sin efecto la función de la cruz. Desvirtuando todo el concepto.
Debemos tener en cuenta algo muy importante: La cruz es única y permanece hasta que se escuche “Consumado es”. Representa juicio y muerte. Llevarla implica el recorrido hacia nuestro destino final.
Jesús dice: Si alguno quiere venir en pos de Él, entonces, debe tomar la decisión de cargar la cruz.
¿Qué quiere decir esto? Que la cruz nos hace ver que estamos muertos. Pero ¿Muertos a qué? al mundo que acabamos de rechazar.  Es la evidencia, el recordatorio, para todo aquel que sigue a Cristo. Es la sentencia de muerte al mundo. De manera que ya no existimos para el pecado o para el mundo. De ahora en adelante existimos, sola y exclusivamente para Cristo.
Sin cruz es imposible ser seguidor. Pero al mismo tiempo, esa cruz  un día, nos glorificará en Cristo.
Tomemos nuestra cruz


Josías Ortiz González


lunes, 23 de julio de 2012

Perfil del Seguidor: Entrega

Lectura: Lucas 9:23
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.”

La palabra seguidor significa: “quien sigue a una persona o cosa”. Su raíz viene de la palabra seguir que tiene varias acepciones; una de ellas dice: “Observar algo con atención. Estar atento a ello”. En ambas definiciones se sugiere la vinculación de algo o alguien que se convierte en un modelo, que marca la pauta. Guía a quien ha decidido seguirle.
Cristo, hablando a sus discípulos, plantea tres cosas que todo creyente debe hacer para asumir el nuevo rol de seguidor. La primera es negarse a sí mismo. Este concepto, de manera general, se puede tornar aéreo, carente de sentido, o con ausencia de practicidad. Porque ¿Cómo una persona logra negarse a sí mismo? ¿A qué tiene que negarse? ¿En qué consiste dicha negación?
Estas tres preguntas son base para estudios profundos. Sin embargo, existe una realidad que marca la pauta de esta primera tarea. Quien desee seguir a Cristo debe negarse a sí mismo, y esto significa superponer a Dios sobre cualquier cosa en nuestras vidas. Dar el primer lugar a Dios.
Negarse a sí mismo implica la abstracción de la persona para dar paso a la esencia de Dios. Esto se logra cuando nuestras vidas giran en torno a Cristo.
Cuando ya no somos nosotros, sino Cristo en nosotros. Nuestras decisiones no están sujetas a nuestro beneficio sino a cómo lograr hacer la voluntad de Dios. Negarse a sí mismo es anteponer el deseo personal por el deseo de Cristo.
Cristo nos pide que cedamos nuestro espacio para que Él lo tome y se posesione de él. Somos suyos, le pertenecemos; a tal punto que puede disponer de nosotros.


Josías Ortiz González

viernes, 20 de julio de 2012

Pero la historia cambió

Lectura: Lucas 8: 26-39
“…sentado a los pies de Jesús, vestido y en su cabal juicio…”


Cristo se enfocó en transformar vidas. Iba de pueblo en pueblo predicando el Evangelio y, durante estos recorridos, llego a tener encuentros dignos de ser registrados en la Santa Palabra de Dios.
 
Uno de esos encuentros fue con el endemoniado de Gadara. Una pequeña ciudad ubicada al norte de Jerusalén. Este hombre que, según los evangelios, su vida había sido objeto de manipulación de demonios. Que llegaron a desestabilizar su conducta, llevándole a andar desnudo y a carecer de hogar viviendo en los sepulcros.

Alguien que, muy probablemente, fue desahuciado por su entorno. Quizás también por su familia. Sin un techo donde resguardarse y viviendo entre tumbas. Un exiliado social.
 
Pero  la historia cambió. Jesús entra en escena y hace la diferencia.

Toda una vida, llena de dolor, amargura y soledad. Había pasado a la historia. El amor de Cristo hizo nueva la vida de un hombre sin esperanza. Jesús solo tuvo que dar la orden para que este hombre recuperara dos cosas esenciales en su vida. En primer lugar su dignidad, cuando fue vestido; y segundo cuando logró tener control de sí. Recuperó el juicio.

Cristo quiere restaurarnos de todo aquello que nos oprime. Dispuesto a liberarnos de todo aquello que nos atormenta. Darnos la oportunidad de recuperar la dignidad que se había perdido y proveernos de una nueva oportunidad para recuperar el control de nuestras vidas.

A través de Él, podemos desvincularlos del pasado que nos persigue. Cambiar el rumbo de nuestro destino, e iniciar una nueva vida en Cristo.
Para que podamos contar a otros que una vez nuestra vida era de tal manera pero, al tener un encuentro con Jesús,  la historia cambió


Josías Ortiz González

miércoles, 18 de julio de 2012

La Identidad

Lectura: Mateo 16:13-20

"Tú eres el Cristo el Hijo del Dios viviente..."

Una de las secuelas de los procesos emigratorios de los indocumentandos en este tiempo, es la ausencia de declaraciones de nacimiento de niños y niñas. Datar de un documento legal de identidad que certifique el nombre, fecha de nacimiento, es inalcanzable para quienes emigran detrás de un sueño que le reporta, según sus expectativas, una respuesta a sus necesidades socioeconómicas.

Crecer sin un nombre e identidad formales deja huellas emocionales, con la consiguiente indefinición de la existencia: "soy"y no "soy". La gente necesita saber de dónde viene, y contar con un nombre que le acredite su ser persona.

Jesús se interesó por conocer la opinión de los demás en cuanto a su propia identidad. A las personas les paso algo similar, cuando responden a su nombre se enteran que los demás conocen su identidad. Esta experiencia es placentera.

Para que esto ocurra el nombre se declara primero, se registra, y lueg se da a conocer. Cuando los padres asignan un nombre a su hijo o hija, está declarando algo trascendente: su identidad. Jesús fue declarado desde el principio como el Hijo de Dios. El relato bíblico nos presenta distintos momentos, en los cuales Dios mismo lo declaraba como Su Hijo amado.

Pedro acierta cuando dice: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente". Ésta confirmación, solo fue eso, una confirmación de la declaración de identidad previa realizada por Su padre. La seguridad de Jesús, nos estimula a reconocer que también hemos sido declarados como hijos de Dios. Consolidar esa identidad que nos liga a la fuete eterna de salvación es importante.


Bienvenida González Gómez

martes, 17 de julio de 2012

¿Qué tienes en tus manos?

Lectura: Mateo 15:32-39
"Tomó Jesús aquellos panes y, despues de dar gracias, los partió"


Existe una pintura, que escenifica una pareja, de origen europeo, en una planicie, ambos, en una postura de oración. Por mucho tiempo desconocí el nombre de esta, y mientras lo desconocía, en mi familia le llamamos "Acción de Gracias por la Cosecha". Luego hurgando por la red, logré encontar el nombre. Se titula "El Angelus"y fue hecha por Millet.

La característica que más me llama la atención es el detalle de la canasta roja en medio de ellos. No está completamete llena. Es decir, no está rebosante de frutos, sino que es una porción pequeña. Sin embargo, ellos dan a entender que agradecen esa cosecha.

En este pasaje Jesús, sintió la necesidad de alimentar a más de cinco mil personas. Un niño que pasaba aportó cinco panes y dos peces, que obviamente no eran suficientes. Cristo acepta el aporte y antes que nada, dio gracias a Dios por lo que había disponible.

Es posible que, por momentos, no valoremos, justamente, las cosas que tenemos. Sin embargo, en esta historia, Jesús, luego de la acción de gracias, un milagro de multiplicación sucedió; convirtiendose en una de las historias más relatadas de la Biblia.

Todo esto me hace concluir que esa pintura es el vivo reflejo de que aunque la cesta no esté llena, dar gracias a Dios por lo que tenemos es lo mejor; no por lo mucho o por lo poco, solamente por lo que tenemos; por todo aquello que nos permitido ser y tener hasta el día de hoy.

En ese sentido, veamos qué tenemos en nuestras manos y valoremos lo que poseemos, dando gracias a Dios. Que luego Él mismo se encargará de multiplicar.



Josías Ortiz González 

viernes, 13 de julio de 2012

Guiados por Dios


Lectura: Salmo 23
“Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre

Mis hermanos mayores me privilegian con dos cuñadas que valen oro.  Una de ellas es abogada. Cuando tenemos algo relacionado a contratos y cosas legales, le pedimos sus consejos para saber, qué dice la ley al respecto, y la forma positiva o negativa en que nos puede afectar.

Durante el transcurso del salmo 23 existe algo preponderante. El hecho de que  entre Dios, como pastor, y nosotros, como sus ovejas, debe existir una relación. Desarrollada durante nuestro paso por la vida.

En esta parte del salmo, David nos hace ver que Jehová nos guiará por sendas de justicia, no solamente porque somos sus ovejas, si no por amor de su nombre. Es como diría mí cuñada, Dios está bajo contrato, avalado por su amor. Y este amor se refleja en que nos guiará a sendas de justicia.

La pregunta que pudiera surgir es: ¿Qué son sendas de justicia, y qué tiene que ver el amor con todo esto?

Cuando se habla de sendas o caminos en la Biblia se trata de la vida, y justicia es lo correcto, aquello que es justo, es decir, algo no sesgado, por el contrario, balanceado.

Por lo tanto, Dios nos dice, que nos guiará por caminos justos, correctos y apropiados por amor. Solo por amor; no por ser buenos o malos, sino porque si somos ovejas y nos dejamos guiar, entonces El, por amor, nos ha de dirigir por sendas de justicia.

Quizás, hemos tomados sendas que no han sido justas, y quizás hemos divariado en cosas que no van de acuerdo con la justicia divina. Sin embargo, si nos dejamos guiar por nuestro pastor, Jehová, entonces cumplirá ese contrato que asumió por amor.



Josías Ortiz González

jueves, 12 de julio de 2012

Dejémosle entrar


Lectura: Salmo 23
“Confortará mi alma”

Dos elementos importantes se tratan en los primeros dos versículos del Salmo 23; primero: David reconoce que tiene necesidades que serán suplidas cuando Jehová sea su pastor; segundo: Jehová es quien nos ha de llevar a lugar de delicados pastos para poder descansar y a aguas de reposo para poder ser pastoreados. El tercer elemento alude a que, el proceso de relación, inicia confortando nuestra alma.

Los pastores tienen un trabajo de tiempo completo. Van desde muy temprano al redil; dirigiendo las ovejas a pastos adecuados, que coincidan aguas calmas. Sin embargo, el trayecto hacia esos lugares puede traer fatigas.

Es por esto que cada pastor, luego de llegar a estos lugares, comienza a confortar a sus ovejas.  Este proceso consiste en el chequeo veterinario de las ovejas, y en caso de haber identificado un problema, sanar esa herida o molestia. Lo interesante es que David, conociendo este proceso, y admitiendo su necesidad, anhela que Dios haga en él un chequeo del alma.

Cuántas cosas ha guardado nuestra alma. Cosas que sabemos que están ahí pero no le hemos contado a nadie. Que necesitan ser confortadas; saneadas por El. Heridas del alma, aquellas que están escondidas; donde nadie puede entrar.

Es posible que estas heridas hayan sido generadas por una relación fallida, quizás por algún evento desagradable o quizás por asuntos no resueltos en nuestras vidas. La lista puede continuar, sin embargo, tengo noticias. Dios, sí puede y quiere, entrar a confortar esas áreas de nuestra alma, que necesitan el toque agradable de nuestro Señor. Si le permitimos que entre, chequé dentro de nosotros y conforte  nuestra alma

Es un paso de fe; que determinará nuestra curación por aquel que quiere pastorearnos.



Josías Ortiz González

miércoles, 11 de julio de 2012

Ley de Cinco

Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
Lectura: Corintios 13:11


Mi familia nuclear está conformada por cinco miembros. Y todo giraba en torno a ese número, es decir, teníamos cinco platos, cinco pozuelos, como casi todas las cosas relacionadas con la familia; todo era basado en ese número.

En un momento determinado, mi mamá dijo, luego de que mis hermanos mayores se habían casado, “antes regía la ley de cinco, ahora la ley de tres”.

Al parecer, en su subconsciente estaba ligada la imagen de la familia de cinco miembros, cuando ya dos de ellos no estaban físicamente.

Pablo en este versículo muestra cómo, mientras pasa el tiempo, se viven etapas. El afirma que un momento, su vida se regía por un pensamiento de infante; sin embargo, luego de crecer y ser adulto, quien regía no era ese pensamiento infantil, si no, uno que ya debía evolucionar.

Es probable, nos pase como a mi madre, que interiorizó, que ya no había que hacer comida para cinco, sino, para tres, pero que el futuro ese tres cambiaría.

Por lo tanto, asumamos las leyes que rigen nuestra etapa de vida actual. Puede ser que queramos seguir viviendo leyes pasadas, o aquellas que no se corresponden con la vivida  en la actualidad.

Recordemos que ya esas leyes no nos rigen, por el contrario, disfrutemos ese nuevo capítulo en nuestras vidas, sacándole el mayor provecho, porque, de la misma forma en que nos rigen en la actualidad, llegará el día en que el número cambiará.



Josías Ortiz González

martes, 10 de julio de 2012

Jesús: garantía de vida

Lectura:Juan 4:7

“Tú le pedirías y el te daría agua que brota para vida eterna”

Al momento de hacer una inversión en un artículo, lo más importante es la garantía de fabricante, en el que estemos seguros de dar el uso requerido y obtener el resultado esperado. En caso contrario, usamos ese derecho de la garantía para exigir una devolución o reparación.
Pero ¿Cómo hago para garantizar mi vida? ¿Quién puede darme un recibo o una carta en la que se especifique una garantía para después de la muerte?
El hombre ha invertido mucho tiempo en busca de la fórmula mágica de la eterna juventud; en la que todos buscan mantenerse fuerte y vigoroso. Luchando contra la vejez, con todos los adelantos de la tecnología, cuyo fin es garantizarle al hombre larga vida.
En Su paso por la tierra, Jesús mostró que Él es único que puede garantizar vida, aun, después de la muerte. Él fue quien dijo: Yo soy la resurrección y la vida el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá.
Jesus se encontró con algunas personas que, en cierto modo, tenían la necesidad de garantizar su vida; entre los cuales, había algunos con enfermedades físicas, otros con vacio en su corazón, otros que se creían autosuficientes. Los cuales en los encuentros con Cristo, entendían que nada de lo que hicieran garantizaba su vida.
Cristo fue muy explicito con la forma de que nosotros pudiéramos obtener garantía de vida:
·         Creyendo que Él es el unigénito hijo de Dios y aceptándolo como Señor y Salvador.
·         Cumpliendo el mandato de amar a Dios con el corazón, alma y mente.
Garantía de vida: Solo Cristo puede darla. No a un grupo en específico, sino a todo aquel que la requiera.


Argenis Pérez

lunes, 9 de julio de 2012

La Decisión

Lectura: Marcos 2:1-17
“Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.”

Es común en las personas supeditar la decisión de seguir a Cristo a un sentir. En varias ocasiones me he visto predicando el evangelio, y la persona a quien le llevo el mensaje, lo rechaza, no porque sea malo, o porque carezca de verdad. Todo lo contrario, ellos reconocen la necesidad que tienen de buscarle y lo importante que es seguirle.
Sin embargo responden “Estoy esperando que Él me llame” o “Estoy esperando que Él me toque”. Pudiéndose interpretar como que su estatus actual depende de Dios. Y que Él tiene que dar el primer paso en esta relación.
Al contrastar esta realidad con el ejemplo de Mateo, nos damos cuenta que, aunque bien es cierto que quien convence de pecado es el Espíritu Santo, no es menos cierto que al final, todo se resume a tomar la decisión de seguirle.
Ahora ¿De dónde nace esta decisión? Del convencimiento de la necesidad de Cristo, y de tomar la decisión de cambiar. Cuando se logra entender lo vital de vincularse a Dios y la implicación de desvincularse de un estilo de vida que no agrada a Dios, es cuando la persona da el primer paso. Un paso que viene a razón de reconocer nuestra condición de pecador(a) y la necesidad que tenemos de ser libres en Él.
Basado en el relato bíblico, al parecer, Mateo no estuvo dubitativo en su decisión de seguir a Cristo. Solamente accedió al llamado del Maestro.
La pregunta que surge es ¿Responderemos al llamado a razón de un convencimiento, o postergaremos nuestra decisión a razón de un sentir?
Es cuestión de una decisión


Josías Ortiz González

viernes, 6 de julio de 2012

Priorización

Lectura: Mateo 6:25-34
“…no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán…”

¿De dónde surge el afán? ¿Por qué nos afanamos?
Hay múltiples respuestas para estas preguntas, siendo el factor común, que el afán viene a razón de la resolución de una o varias cosas a la vez; en función de la incertidumbre del futuro.
Cristo, hablando a Sus seguidores, invita a dejar el afán. Pero, tomando en consideración la agenda de Jesús, quizás, es un poco cuesta arriba de parte de Él decir esto. Sin embargo aún Él, teniendo la agenda tan apretada, no estaba afanado ¿Por qué? porque Jesús está consciente de que  Dios es el sustento de la vida, por lo tanto, el futuro está asegurado.
Hace un paralelismo respecto de la forma en cómo se maneja la naturaleza; ejemplificando que ni las aves ni los lirios se preocupan. Todo les es suplido por Dios. Y si esto es así ¿Cuánto más nosotros, en nuestra condición de entes superiores en la naturaleza, no habremos de ser sustentados en igual o mayor manera?
Dando pie a que lo más importante para todo ser humano, es buscar el reino de Dios y Su justicia. En otras palabras, todo aquello que se enmarque fuera de ésta búsqueda es secundario. Pero no se queda aquí. Si superponemos a Dios sobre todo lo demás, lo que nos preocupa se torna en añadidura. Y en este contexto significa que es un extra. Dando por sentado que Dios lo va a suplir.
Por lo tanto, el afán es una consecuencia de no haber priorizado a Dios. Por lo que en la medida en que demos el primer lugar a Él; así mismo, nuestro afán y preocupación cesarán.
Al priorizarlo descansamos.


Josías Ortiz González

jueves, 5 de julio de 2012

Espíritu Santo: Ayudador

Lectura: Romanos 8:14-27
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad…”

Todos somos pasibles de necesitar asistencia en un momento determinado. Aquellos que entienden que son autosuficientes, mantienen esta posición, hasta que se ven en una situación en donde les hace falta que le tiendan una mano. Qué bueno es recibir la ayuda de alguien cuando la necesitamos.
Haber sido ayudado representa un alivio para nosotros. Nos sentimos apoyados y acompañados.
El Espíritu Santo está disponible para ayudarnos. Él está dispuesto a tendernos la mano y brindarnos la luz que necesitamos en los momentos de oscuridad. Es nuestro ayudador.
Existe un término griego que se utiliza en la Biblia, Paracleto. Se define como “una persona llamada a estar al lado de otra” y hace referencia, en varias ocasiones, en el libro de Juan hacia el Espíritu Santo.
Este se aplica a la persona del Espíritu Santo porque es quien está presente. Esta presencia se enmarca dentro de la disponibilidad, es decir, el paracleto no mide tiempo ni hora para prestar ayuda. Siempre está dispuesto a asistir. Y lo hace de manera voluntaria.
Con todo esto queremos decir que Él no es una figura divina decorativa. No está ahí, en un estado etéreo; todo lo contrario, Su presencia es constante y fiel. Está presente en cada momento de nuestras vidas y si le damos acceso está dispuesto a ayudarnos.
No perdamos de vista, ni ignoremos el recurso ilimitado que se encuentra en el Espíritu Santo. Él está ahí para asistirnos. Darnos la mano. Aligerar nuestra carga. Acompañándonos en todas las facetas de nuestra vida.
El Espíritu Santo es nuestro ayudador


Josías Ortiz González

miércoles, 4 de julio de 2012

Espíritu Santo: Poder

Lectura: Hechos 1
“…recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo...”

El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, y entre Sus funciones está la de consolar, pero también la de impartir poder. Que es dado a raíz de Su posicionamiento en nuestras vidas.
Hablar de poder, entre los seres humanos, no necesariamente representa algo bueno. Él da pie al sentimiento de superioridad. La historia es testigo de casos atroces a la humanidad por personas que han manejado el poder; provocando daños irreparables. De los cuales aún hoy se cuenta de tales desgracias.
El poder del que se habla en el libro de Hechos es distinto. Con él se genera cambio. Se evidencia la presencia de Dios. Teniendo como objetivo capacitar a quien lo posee, para ser testigo.
Un testigo es quien presencia un evento, y valida la veracidad de este. En otras palabras, el poder que recibimos del Espíritu Santo es para hacer tangible y dar fe del cambio que hemos hecho en Cristo Jesús.
Ahora, esto no se limita a solo ser testigos, sino a esparcir el testimonio de Cristo. Por esta razón Hechos 1 dice que serían testigos en Jerusalén, toda Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra.
El poder impartido por el Espíritu Santo, no es para ostentación, ni para oprimir. Es para edificar a través de dar a conocer el cambio que Jesús ha hecho en nosotros. Como testigos tenemos la responsabilidad de decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y ¿Cuál es esta verdad? Que Cristo vino a la tierra, entregó Su vida por la humanidad, para que todo aquel que en Él crea, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Somos evidencia… somos testigos.


Josías Ortiz González

martes, 3 de julio de 2012

Espiritu Santo: Consolador


Lectura: Juan 16:7
“Pero yo os digo la verdad, os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros”

Entiendo que la característica principal que define al Espíritu Santo es la de Consolador.
Consolar se define como la acción de aliviar la pena o aflicción de alguien. De manera que se aligere la carga de quien pasa por un momento de dificultad.
Existen dos elementos importantes que se desarrollan durante la consolación: La empatía y el acompañamiento. Son vitales; porque implican la identificación con la situación y la disponibilidad de estar presente.
Ahora ¿No hemos sido víctimas de la pena y el dolor en algún momento de nuestra vida? ¿Cuántas veces nos hemos sentido solos? Entiendo que varias. Debemos saber que, mientras vivamos, seremos pasibles de más momentos como estos.
Cuando pasamos por momentos de dificultad, normalmente, buscamos la soledad. Y, entre otras razones, es porque asumimos que quien pudiera estar presente, quizás no logre entender la situación.
Sin embargo, tenemos la esperanza de un Consolador que está disponible. Que busca aliviar nuestras penas, y sanar nuestra  aflicción. Él es la fuente en donde podemos saciar nuestra necesidad más profunda. La que se resguarda en el alma. Aquella a la que solo Él tiene acceso.
No es casualidad que Él haya sido enviado. Dios entendió que necesitaríamos la consolación. Que estaríamos sujetos a la pena y a la aflicción.
Lo importante de todo esto es que Él está dispuesto a estar ahí con nosotros e identificarse con nuestra situación. Él quiere aligerar nuestra carga, por lo tanto, démosle la oportunidad. Permitámosle ser nuestro compañero de camino, la fuente de nuestra consolación.
Si en este momento estas pasando un momento difícil, recuerda, Él es nuestro Consolador.


Josías Ortiz González

lunes, 2 de julio de 2012

Espiritu Santo: Persona

Lectura: Juan 14:26
“…Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”

Uno de los temas que trae mayor opinión, dentro de la comunidad eclesiástica; uno de los más controversiales, es hablar acerca del Espíritu Santo.
Se han planteado diferentes doctrinas, y aún dentro de una misma doctrina, varias vertientes. Todo entorno a determinar si el Espíritu Santo es o no una persona, y si lo es, entonces, validar Su divinidad.
Dado la naturaleza de estas reflexiones, no vamos a profundizar en demostrar la veracidad de Su persona. Sin embargo, tomando en consideración las múltiples referencias bíblicas, se puede admitir Su personalidad. Pero más que todo, se puede entender Su razón de ser. El Espíritu Santo viene a dar continuidad a la obra de Cristo en la tierra. Siendo soporte y guía de aquellos que siguen a Cristo.
Una característica dentro de Su misión, como soporte, es la de enseñar y hacernos recodar lo que Jesús dijo. Para esto tenemos que cultivar nuestra relación con Él. Y esto se logra dedicando tiempo a la oración.
El Espíritu Santo es la tercera persona de la trinidad. Está disponible para que accedamos a Él, sin restricciones,  de manera que podamos entender la Palabra de Dios. Él es nuestro intérprete y nos ayuda a entender aquellas cosas que escapan a nuestro conocimiento. Sin Su intervención, el efecto de Su Palabra es nulo.
Sobre Sus hombros descansa la responsabilidad de la transmisión de las verdades bíblicas. Nosotros solo somos instrumentos. Solo Él tiene la capacidad de convencer de pecado a aquel que se acerca. Y a través de Él logramos un vínculo más estrecho con Dios.
No es casualidad que haya venido después de Cristo. Acerquémonos a Él y encontraremos respuestas.


Josías Ortiz González