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viernes, 29 de junio de 2012

Necesidad: Autorrealización

Lectura: Filipenses 1
“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.”

El último eslabón de la pirámide de Maslow es la necesidad de autorrealización.
Diferentes corrientes de pensamiento plantean que es el fin de toda persona. El objetivo supremo. La satisfacción de esta sugiere un estado de complacencia. Sin embargo, se debe resaltar que la pirámide, en sí misma, no es estática; sino, cíclica. Suplir la necesidad no omite la emersión de una nueva. Eclesiastés dice: No se sacia el ojo de ver, ni se cansa el oído de oír. Planteando la insaciabilidad del alma. Siempre habrá una aspiración, un sueño que alcanzar.
Esto presenta una disyuntiva en el ser humano. Ya que en la medida en que suplimos necesidades existentes, nuevas aparecen. En otras palabras, nunca llegaremos a sentirnos completamente realizados.
Ahora, este fenómeno existe a razón de que estamos tratando de satisfacer algo cuadrado con algo redondo. Es imposible establecer que algo tangible cubra la necesidad intangible de autorrealización. Las variables no se corresponden. De manera que, debemos de buscar algo ilimitado que logre cubrir el espacio del alma.
Solución: Solo Cristo puede saciar el alma.
Efesios 1:23 dice que la plenitud de Él, todo lo llena en todo. Es decir, la fuente para saciar la necesidad de autorrealización es la totalidad de Cristo. Eso significa que el norte de todo aquel que ha decidido seguir a Jesús, el objetivo supremo,  es ser lleno de Su plenitud.
Fue por esta razón que Pablo no sabía qué elegir. Para Él vivir representaba estar en la plenitud de Cristo, pero de igual manera el morir. Por lo que toda su vida giraba en torno a Cristo. Su autorrealización consistió en  satisfacer el alma con lo ilimitado de Cristo.
Cristo es todo.


Josías Ortiz González

jueves, 28 de junio de 2012

Necesidad: Reconocimiento

Lectura: Génesis 1:26
“Entonces dijo Dios: Hagamos…”

Maslow categorizó cinco niveles de necesidades para satisfacer. En la medida que una es cubierta la otra surge. Este modelo es utilizado, mayormente, por las empresas para crear programas que incentiven o motiven la productividad.
En el cuarto nivel, a diferencia de los demás, se busca satisfacer la necesidad de reconocimiento. Relacionado a lo que como persona necesitamos sentir. Hablamos de autoestima. La psicología la define como el valor que la persona se otorga a sí misma.
Ahora ¿Cómo determinamos cuál es nuestro valor? ¿Cómo logramos identificar en nosotros mismo aquello que nos diferencia de la multitud? ¿Cómo nos valoramos sin caer en la altivez?
La respuesta a estas interrogantes se resume en identificar quiénes somos y de dónde venimos. ¿Por qué? Porque, en la medida en que dominemos esta información, nos contextualizaremos en la realidad que nos toca.
La respuesta es que somos creación de Dios.
Entender que Él nos hizo, logra que nos demos cuenta del valor y rol que jugamos en toda la creación. Dios elaboró un sistema perfecto para el sostenimiento de la vida. Se ocupó de los detalles que lo hacían funcional. Nada hacía falta. De hecho, si no hubiesen tantos intereses de por medio, no hubiese necesidad física de nada. Sin embargo la realidad es otra. Luego de identificar lo que somos. Entonces, con esto,  respondemos la segunda interrogante.
Venimos de Dios. Dios es nuestro origen. Todo comienza con Dios.
Cuando asumimos que somos creación y venimos de Dios, entonces, tenemos un valor intrínseco. Somos el punto máximo de la creación. Él nos hizo y vio que era bueno. Tanto, que después de ahí no volvió a crear nada más.
No somos mejores ni peores que otros. Solo somos creación de Dios


Josías Ortiz González

miércoles, 27 de junio de 2012

Necesidad: Afiliación

Lectura: Juan 15:1-16
“…os he llamado amigos…”

A medida que se va escalando la pirámide de las Necesidades de Maslow, se va pasando de lo tangible a lo intangible, de lo simple a lo complejo. Se pasa del espacio físico al espacio del alma.
El tercer nivel es la Necesidad de Afiliación. También se le conoce como necesidad de pertenencia. Es inherente en nosotros sentir que pertenecemos.  Que somos parte de algo externo a nosotros. Pero esto viene a raíz de nuestra necesidad de sentirnos correspondidos.
Somos entes sociales. Nos manejamos en función de la interacción con las personas de nuestro entorno. Algunos buscan aprobación, otros, apoyo; mientras que otros, anhelan tener un simple contacto. Esto puede variar. Lo cierto es que todos coincidimos en nuestra necesidad de vincularnos.
A todo esto, dentro de nuestros esquemas sociales, categorizamos nuestras relaciones. Basado en el nivel de acercamiento que tengamos. Cada vínculo es distinto.  Y este  acercamiento se mide a raíz de la información que se confiere.
Cristo, previo a Su crucifixión, tuvo un momento con sus discípulos. Para alentarlos y prepararlos para Su partida física de la tierra. Durante esta interacción, Jesús decide cambiar el tipo de relación que tenía con ellos.
Inicialmente era una relación “empleador-empleado” en donde ellos servían a Jesús. Sin embargo, Él entendió que, dado el nivel de que les había confiado, se había eliminado la relación Señor-Siervo. Ya había pasado la barrera laboral, habían llegado a lo personal. Cristo tomó la decisión de llamarlos amigos. Había intimado con ellos. Les había comunicado cosas que el común desconocía
Jesús quiere sostener ese mismo tipo de relación con nosotros, nos quiere hacer sentir como amigos. Con la confianza de acercarnos a Él en oración.
Sabiendo que ya no somos siervos, sino, amigos.


Josías Ortiz González

martes, 26 de junio de 2012

Necesidad: Seguridad

Lectura: Salmo 23
“En lugares de delicados pastos me hará descansar”
El segundo nivel de la pirámide la engloba la Necesidad de Seguridad.
La definición del diccionario refiere a la palabra Seguro. Entre las acepciones la define como “Libre y exento de todo peligro, daño o riesgo”.  En otras palabras, es estar en un estado o lugar en donde se reduce, y hasta se ausenta, el nivel de tener un resultado adverso.
Abraham Maslow sugiere que, como seres humanos, sentimos la necesidad de estar seguros. Estar en un lugar en donde el margen de riesgo sea el más reducido posible. Ahora ¿Cuál es el sentimiento que subyace en la seguridad? A mi entender, quien está buscando seguridad, es porque necesita paz. Y, dentro de esa paz, está el deseo de descansar.
Quien está seguro confía, por lo tanto, descansa; ergo, tiene paz.
David, en el Salmo 23:2, dice que Jehová, el Pastor, busca que sus ovejas descansen. Y que lo hará en lugares de pastos delicados. Esto quiere decir que, no solamente contamos con que Él estará con nosotros para protegernos, sino que además, escogerá un lugar en donde se pueda estar en paz.
Uno de los momentos más vulnerables para las ovejas es cuando se están alimentando. Pierden la noción del entorno haciéndose presas fáciles. Sin embargo Jehová, nuestro Pastor, estará presente para vigilar. Él es quien nos va a llevar a este lugar en donde podamos descansar. Es decir que aún haya lobos asediando, siendo nuestro momento más vulnerable, no correremos peligro. Sino que estaremos seguros en Él.
La vida presenta realidades que desestabilizan nuestra paz. Sin embargo, Dios nos ofrece la seguridad de que descansaremos. Porque estaremos seguros en Él.
La amenaza puede estar cerca, pero nuestro Pastor lo está más.


Josías Ortiz González

lunes, 25 de junio de 2012

Necesidad: Fisiológica

Salmo 23
“Jehová es mi pastor, nada me faltará”
Abraham Maslow, un prominente psicólogo estadounidense,  categorizó el proceso vital de las personas en función de necesidades que suplir. Estas inician con las más básicas como las fisiológicas, hasta las más complejas, como las de autorrealización. En ese sentido, estamos iniciando una serie, cubriendo los diferentes niveles; viendo cómo Dios suple cada uno de ellos.
El primer nivel son las Necesidades Fisiológicas. Dentro de este se engloban aquellas, sobre las cuales, depende la esencia de la vida. Si no son suplidas, entonces, el ser humano deja de existir.
¿Cómo suple Dios esta necesidad?
Bueno, Dios creó la tierra para que sustentara al ser humano. Todo lo que está en la tierra, como recurso, gira en torno a los seres humanos. Cada detalle y espacio fue concebido para satisfacer todo lo fisiológico del  hombre y la mujer.
Sin embargo, la realidad dicta algo distinto. Hay personas en el mundo que carecen, aún, de estas cosas. Y la razón de esto es simple: el pecado. Lo que determinó que tengamos que trabajar para sobrevivir fue el pecado. En principio no estaba destinado así. El pecado distorsiona todo el plan. Ahora, ¿Cómo Dios, basado en esta realidad, las suple?
Restaurando el plan original. Volviéndonos a Dios.
La Biblia dice en Crónicas que la humillación es la clave para que Dios preste Su oído al clamor de Su pueblo. Es a través de la humillación que Él sanará nuestra tierra. Esto no significa que Dios hará ricos a personas. Sino que Su tierra será sanada. Por lo tanto, la necesidad suplida.
Él, como nuestro Pastor, suplirá para que nada nos falte. Aún teniendo que usar cuervos, Dios suplirá y nada nos faltará.
Solo tenemos que creer y confiar.


Josías Ortiz González

viernes, 22 de junio de 2012

Salvación: Evidencia del cambio

Lectura: Romanos 8: 12-19
“Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.”
El principio que rige la salvación es la muerte de Cristo en la cruz. A través de ella se abre una puerta al reino de los cielos. Y quien es salvo hace tangible la salvación, asumiendo el perfil de Cristo; reflejando el nuevo nacimiento en las acciones que emprende.
Ahora, asumiendo estas premisas como ciertas, tomando en consideración que el accionar del salvado cambia a raíz del nuevo nacimiento. Entonces, la evidencia de dicho cambio, debe hacerse notar en las vidas de aquellos que circundan la vida del salvado.
Estamos para hacer evidente ese cambio, en la manera manejarnos, con nuestro prójimo. De hecho, la creación espera a que, como hijos de Dios a quienes Él salvó, nos manifestemos. Espera que hagamos público el cambio.
¿Para qué quiere la tierra que nos manifestemos? Romanos 8:21 dice que es para libertar. La tierra está esclavizada por el pecado. La Biblia dice que gime a una como dolores de parto, es decir, nuestra manifestación es deseada para calmar el intenso dolor que siente la tierra.
Esto se logra, dando a conocer que Cristo es el camino. Que Cristo es la luz, y solo a través de Él se logrará el verdadero cambio de la humanidad.
Evidenciemos el cambio en nuestros entornos de influencia (trabajo, casa, centro de estudios, etc.) De manera que la luz de Cristo también llegue al corazón de los que nos rodean. Seamos multiplicadores del cambio. Hagamos manifiesto a nuestro prójimo la razón de ser de nuestro cambio; invitándoles a cambiar a través del mismo sacrificio hecho en la cruz.
Somos la evidencia del cambio.


Josías Ortiz González

jueves, 21 de junio de 2012

Salvación: Cambio

Lectura: Hechos 11
“…y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez…”

La salvación tiene en sí misma varias acepciones. Una de ellas, la más utilizada, como  vía para ir al reino de los cielos. Aquellas moradas que Jesús fue a preparar para todos aquellos que creen en Él. Otra de las acepciones es: La transformación del ser humano.
Representa un giro de 1800. Quien antes mentía, por la salvación, no lo hace más. Quien hacía daño a su prójimo con palabras ofensivas, por la salvación, no lo hace más. Quien no prestaba a atención a Dios y Sus preceptos, por la salvación, ahora, los usa como norma de vida. De manera que la salvación refleja un cambio de conducta.
Sin embargo, lo que hace más evidente ese cambio es la capacidad que otros, por nuestras acciones, puedan identificar un comportamiento igual al de Cristo. Que, a razón de esto, nos identifiquen, llamándonos, cristianos.
Cristiano es aquel que sigue los pasos de Jesús. Por quien brilla la luz del Salvador.
Ahora, esto no es una aureola que tenemos en la cabeza que nos diferencia de la multitud. O algún tipo de marca visible. Todo lo contrario. Lo que hace brillar esta luz de Cristo son nuestras acciones. El comportamiento que tengamos ante la sociedad es la evidencia de nuestro cristianismo.
Existe un cambio en el corazón que solo Dios y tú pueden constatar. Sin embargo, existe un resultado directo del cambio en el corazón respecto de nuestras acciones.
El mismo Jesús dice que tenemos que nacer de nuevo. Una nueva vida, en Cristo, debe marcarnos. Somos cambiados por la Salvación. Nos hace que seamos llamados cristianos.
El resultado de la Salvación es un cambio en el corazón que se refleja en nuestras acciones.


Josías Ortiz González

miércoles, 20 de junio de 2012

Salvación: Alto Precio

Lectura: Romanos 8:1-8
“…Cristo murió por nosotros.”

En el ámbito de los negocios,  lo que determina el precio de algo, en primera instancia, es el costo. A razón de la búsqueda de un beneficio, del margen entre el costo y el precio.
Ahora, debemos diferenciar el precio de algo del valor que tiene. Como dijimos el precio está vinculado, estrechamente, al factor del costo. Mientras que el valor está sujeto a la percepción.  Relacionado a la satisfacción de una necesidad.
Pablo, en la carta a los Romanos, plantea que la muestra más evidente del amor de Dios es que, por encima de nuestra condición de pecadores, Cristo murió por nosotros.
Dios hace tangible Su sentir a la humanidad a través de la muerte de Cristo. Dándonos la opción de vida. Sin embargo, aunque el precio fue alto, en función de un costo igualmente alto (la vida de Jesús). No necesariamente es valorado en su justa medida.
La carta a los Hebreos dice: ¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?
Hay personas que no valoran el sacrificio de Cristo en la cruz. Tiran por el suelo el alto precio pagado, e ignoran lo costoso de este. Pero más aún lo determinante que ha sido para la humanidad. Cristo se hizo hombre, sin estar obligado a hacerlo;  y voluntariamente decidió entregarse por toda la humanidad. Él murió para darnos vida. Una nueva oportunidad de reconectarnos  con Dios.
De manera que, te invito a meditar en el sacrificio, por amor, hecho por Jesús. Valorándolo en su justa medida.  Guardando esta salvación tan grande puesta en nuestras manos. Siguiendo Sus preceptos. Andando en el camino que Él  trazó para nosotros. Ocupémonos de ella con temor y temblor (Filipenses 2:12)
Valoremos esta salvación tan grande.


Josías Ortiz González

martes, 19 de junio de 2012

Salvación: Amor

Lectura: Juan 3:16-18
“…sino para que el mundo sea salvo por él”

Cristo viene a la tierra con una sola misión: Salvar a la humanidad. No vino a buscar fama, llenar estadios o imponer modas. Su razón de ser fue entregarse por un mundo cuyo destino era la muerte.
Jesús se sacrificó por la humanidad. Accedió a permitir ser lacerado, humillado y torturado. El profeta Isaías dice: Molido por nuestros pecados, en otras palabras, fue maltratado y abusado por cada uno de nosotros.
La pregunta que puede surgir es ¿Por qué? ¿Qué hace que Dios entregue a un Hijo, y que este obedezca a Su Padre de manera voluntaria? En una sola palabra, Amor.
Todo esto es motorizado y canalizado porque Dios nos amó. ¿Y por qué nos ama? Porque somos Su creación, y compartimos con Él algo que nada en la creación puede compartir.
Al analizar el proceso creativo vemos que Dios el día seis varía el ritmo, y empieza diciendo: “Hagamos” que sugiere crear de la nada, mientras que las demás criaturas vivientes fueron creadas según su género,  nosotros fuimos hechos según un género celestial;  somos semejanza de Dios.
Él nos ama porque tenemos Su naturaleza, Su esencia en un soplo. Dios no está amando algo que es ajeno a Él, todo lo contrario, al compartir Su esencia con nosotros, nos ha simpatizado consigo mismo. En otras palabras creó un vínculo distinto a los demás.  Sin embargo el pecado lo trastornó todo y lo que una vez compartimos con Él, a plenitud,  se disipó y solo una muestra de amor podía restaurarlo.
Cristo se entregó por amor para generar la salvación haciendo que valga la pena todo el dolor y el pesar que Cristo padeció.
Cuán grande es el amor de Dios.


Josías Ortiz González

lunes, 18 de junio de 2012

El regalo más preciado: La gracia

Lectura: Efesios 2:8
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.”

Dentro de nuestra vida hemos recibido algunos obsequios que hemos valorado mucho, por el contenido que presentan, por la utilidad o de quien provienen.
Al hablar de la gracia nos referimos a un regalo que Dios nos hace. No porque estemos festejando alguna fecha en especial; o porque hayamos alcanzado algún logro en nuestra vida; en donde, alguien quiera mostrarnos sus felicitaciones con un obsequio. La gracia muestra el amor de Dios hacia nosotros; entregándonos el favor de la salvación de nuestra alma. Solo por amor. Para que podamos tener vida en Él, y vida, en abundancia. 
Nuestras obras no son suficientes. Tratar por nuestras propias fuerzas de alcanzar la vida eterna es imposible, somos salvos por gracia.
La Biblia dice que podemos acercarnos confiadamente al trono de la gracia; donde podemos alcanzar el oportuno socorro. Cuán grande amor, es este de Dios; que nos hace este regalo. Para que podamos, por medio al sacrificio de Cristo, reconciliar nuestra relación con él.
Una de las prioridades en nuestra relación con Dios, es pedirle que Su gracia no se aparte de nuestras vidas.


Argenis Pérez

viernes, 15 de junio de 2012

Valor Familiar

Lectura: Salmos 133
¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía!

Se ha asumido como cierta la afirmación de que el núcleo más pequeño e importante de la sociedad es la familia. En ella se resume el contexto más sencillo de la interrelación entre seres humanos. Al mismo tiempo, a través de la familia, se forjan los valores que modelan la sociedad. De manera que la sociedad es un reflejo de aquello que se moldea en la familia.
Sin embargo, de todos los valores forjables, el que más pudiera repercutir en la sociedad es la capacidad de tolerancia entre unos y otros. Que en otras palabras es la aceptación de nuestras diferencias sobre la base del respeto.
Todos tenemos distintas personalidades. Que son influenciadas por el carácter que hemos asumido. Esto puede traer acercamiento o distanciamiento entre las partes en función de la tolerancia que tengamos uno del otro.
David enfatiza en este Salmo lo valioso que es estar juntos y en armonía.
Es posible estar juntos y no en armonía, como también en armonía y no juntos. Pero cuando logramos coincidir ambos elementos, entonces, esto es bueno y delicioso. Es agradable. Se puede disfrutar e incidir en otras personas.
A través de la familia podemos crear sistemas de valores justos, y apropiados para la sociedad. Entendiendo, que si cada uno asume una posición filial con su prójimo, entonces, vera que aún en las diferencias existe un vínculo que nos une. El vínculo divino.
Todos tenemos la esencia de Dios en nosotros. Esta nos nivela, sin importantizar a nadie. Todos somos iguales. Somos una gran familia, en pequeños núcleos interrelacionados.
De manera que, si logramos estar juntos y en armonía, como familia o sociedad. Dios enviará bendición y vida eterna


Josías Ortiz González

jueves, 14 de junio de 2012

Compasión de Jesús

Lectura: Marcos 6:30-34
“…Y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor…”

Jesús tenía una agenda bastante apretada. Su fama había trascendido en todo Judea. Se movía por los diferentes pueblos y aldeas llevando el mensaje de salvación. Además de los milagros que hacía, que sin lugar a dudas, maravillaban. Era toda una celebridad. Las multitudes le seguían.
Todos querían escuchar a Jesús.
En esta porción de la Biblia, Marcos, relata cómo Cristo reaccionó a una necesidad que se da en la humanidad. Jesús tuvo compasión de quienes le seguían porque eran como ovejas que no tenían pastor. Esto significa que los veía desamparados, sin esperanza, sin protección.
La función del pastor es guiar, proteger, y proveer alimento. Mientras que la oveja es una animal que requiere de mucho cuidado; tiende a perderse, es temeroso y son presas fáciles.
En otras palabras, Cristo está viendo a estas multitudes indefensas. Y la razón de que estuvieran así era por la falta de conocimiento. Ellos necesitaban satisfacer el alma con las enseñanzas de Jesús. Marcos dice en el mismo verso: “Y comenzó a enseñarles muchas cosas”
Solo la enseñanza de Jesús es la que nos libra del desamparo, la desesperanza. Nos protege; pero más que todo, nos acerca a Cristo.
El apóstol Pablo en su carta a los Filipenses dice: Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.
El conocimiento de Cristo nos hace ganar a Cristo. Pero al mismo tiempo nos hace ver que todo lo demás es, literalmente, basura.
Conocer a Cristo nos hace ser ovejas, pero con un Pastor. El mejor.


Josías Ortiz González

miércoles, 13 de junio de 2012

Imitadores

Lectura: 1ra Corintios 11:1
“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”

Existe un planteamiento lógico que dicta lo siguiente: Si el primero es igual al segundo, y el segundo es igual al tercero, entonces, el primero y el tercero son iguales.
El apóstol Pablo en su carta a los Corintios hace alusión a este planteamiento, al sugerirles a los corintios que le imiten a él, en la forma en que él imita a Cristo.
Un imitador es aquel que copia el comportamiento, los gestos, y tono de voz de alguna persona. Debe tener la capacidad de fijarse en los detalles que caracterizan a esa persona. Y su éxito descansa en lograr abstraerse de su identidad para asumir una nueva.
Pablo nos invita a abstraernos de nuestra identidad e imitar a Cristo. Eso significa que hablemos como Él, caminemos como Él, pero más que todo, sintamos como Él.
Jesús es nuestro modelo a seguir. En Él se resume la voluntad y satisfacción de Dios. Si logramos imitarlo, enfocándonos en los detalles, Dios nos verá como Sus hijos, ya que no nos mirará a nosotros sino a Cristo en nosotros.
Génesis registra que en el proceso creativo de Dios, al decidir crear al hombre dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.
Dios nos creó para que seamos como Él, siendo Su imagen y  semejanza. Y la manera idónea para alcanzar este objetivo es siendo imitadores de Cristo.
Ahora ser imitador, en este contexto, no se limita solo a personificar; sino que se extiende a permitir que Él se manifieste a través de nosotros. Asumiendo Su ideología y siguiendo Sus pasos descritos en la Palabra de Dios.
De manera que al asumir Su Palabra, imitamos a Cristo, siguiendo el ejemplo plasmado en las Escrituras.


Josías Ortiz González

martes, 12 de junio de 2012

Oración de un Pecador

Lectura: Lucas 18:10-14
“…Dios, sé propicio a mí, pecador”

En varias ocasiones Cristo, para dar sus mensajes, se auxiliaba de las parábolas. Que es un relato de algo ficticio, en donde, se incita a la deducción; por parte de quien la escucha; dejando una verdad importante o una enseñanza moral.
En una de esas parábolas, Cristo hace alusión a dos personajes. Un estudioso de la ley o fariseo, y un publicano o colector de impuestos. Dado que el pueblo de Israel estaba bajo el imperio Romano, los publicanos eran mal vistos. Ya que muchos de estos abusaban de su posición. En cambio, el fariseo era de la élite que interpretaba las Escrituras. Se les conocía como doctores de la ley.
Jesús relata, en la parábola, a estos llegando al templo para orar. Sin embargo, ambos, con actitudes e intenciones distintas. Uno que se enorgullecía de su condición de doctor de la ley, mientras que el  otro reconocía su estado de insuficiencia delante de Dios.
Uno con el deseo de avergonzar y oprimir. El otro admitiendo que es pecador y pidiendo a Dios misericordia. Dos caras de una moneda, una que revelaba orgullo y la otra humillación.
La conclusión de esta historia es: Quien mostró humillación fue exaltado, mientas que el orgulloso no logró, absolutamente, nada.
A Dios no le impresiona la oratoria, la preparación, ni el estatus de una persona. Él busca corazones, y que estos revelen la verdad simple y sencilla de que: Somos pecadores. Y si Él no es propicio a nosotros, estamos perdidos.
La manera de conquistar a Dios es mostrando humillación. Reconocer nuestra condición de pecadores, y necesitados de Él. Dios mira el corazón y lee sus intenciones. Por lo que esta de nuestra parte admitir nuestra condición de insuficiencia.


Josías Ortiz González

lunes, 11 de junio de 2012

Testimonio

Lectura: Juan 5:31-39
“Escudriñad las Escrituras…”

La  Biblia es la fuente de donde emana la verdad de Dios. Grandes hombres y mujeres han llegado a la conclusión de que sin ella es imposible vivir. Engloba la Voz de Dios en letras inspiradas por el Espíritu Santo. Nos ilumina y muestra el camino hacia Dios. David dijo: Lámpara es a mis pies Tu palabra y lumbrera a mi camino. Es la fuente de donde saciamos nuestra alma.
Pero, más que todo, en ella se encuentra la evidencia de la veracidad de Cristo. Las Escrituras, dan testimonio de Jesús. John Stot dijo: La Biblia es el prisma que descompone la luz de Jesucristo en sus muchos y hermosos colores.
Jesús ha sido uno de los personajes más estudiados y analizados en la historia. Y el punto neurálgico de estas investigaciones es determinar Su divinidad. Sin embargo, es imposible llegar a una conclusión tangible y medible de Su divinidad. Todo esto es por fe. Una que es sustentada en el testimonio de un libro, la Biblia,  del cual creemos que es Palabra de Dios.
Para aquellos que creemos, la fe, es más que suficiente para poner nuestra confianza en la Biblia. Aunque, hay que decir que, existen investigaciones que pudieran ayudar a que entendamos mejor. Y, en cierta medida, validemos la información Bíblica. Pero sin el elemento de la fe, es imposible que todo esto cobre sentido.
Jesús mismo dijo: En ellas, las Escrituras, a vosotros os parece que hay vida eterna. El elemento determinante es que, escudriñarlas, es una consecuencia de creer que en ellas hay vida eterna.  Por ende dan testimonio de Jesús.
Debe partir de nosotros el deseo de profundizar en ellas. Dios ha puesto en disposición Su voz para guiarnos en este mundo.


Josías Ortiz González

viernes, 8 de junio de 2012

Predestinación

Lectura: Romanos 8:1-30
“…Los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo…”
Una de las palabras más controversiales en el ámbito eclesiástico es: predestinación. Diferentes teorías e ideologías se han forjado a razón de tal palabra. Ha generado divisiones entre  grupos que profesan el Cristianismo. Entrar en medio de la discusión respecto de ella; o emitir un juicio de valor respecto de cómo se interpreta, no es la intención de este autor.  Sino analizar el  fin de esta.

Claramente Pablo explica que es para ser conforme a la imagen de Su Hijo. Dios destinó, previamente, que seamos una reproducción de la imagen de Cristo. Esto significa que desea que seamos como Él. Un reflejo de Su imagen.
Ahora, ¿Cómo logramos esto de manera práctica? Enfocándonos en la libertad. Cristo vivió a través de la necesidad de libertad de las personas. Entendió que el rumbo, de aquellos que eran esclavos del pecado era catastrófico. Una eternidad sin Él.
Pablo, en Romanos 8, habla acerca de la supremacía de la ley del Espíritu sobre la ley regular. En otras palabras, la ley es solo evidencia que señala aquello que es incorrecto. Sin embargo, la Ley del Espíritu es libertad. Libertad de la esclavitud del pecado.
El pecado es adictivo. Como el cáncer, se esparce en el corazón de las personas, carcomiendo la esencia espiritual de ellas.  Y solo Cristo es la cura. Solo Él es la libertad.
Estimado(a) lector(a) fuimos predestinados para ser como Cristo. En otras palabras, fuimos predestinados para ser libres. Él representa nuestra libertad. El evangelio de Juan 8:32 dice: “Y conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres”, ¿Quién es esta verdad? Cristo.
No permitamos que el pecado se adueñe de nosotros. Fuimos destinados desde el principio para ser libres.


Josías Ortiz González

jueves, 7 de junio de 2012

Voluntad de Dios Individual: Parte III

Lectura: Hechos 1:8
“… y me seréis testigos”
Nuestro rol dentro del marco de la voluntad expresa e individual de Dios es predicar. Nuestra encomienda es canalizar la reunión de lo que está en el cielo y en la tierra en Cristo. Somos llamados a ser testigos.
Un testigo tiene la función de dar fe de un acontecimiento. Es quien, según el diccionario de la Real Academia Española, presencia o adquiere directo y verdadero conocimiento de algo. Existen dos elementos que determinan la esencia del testigo: Ha presenciado y tiene el conocimiento.
Dios nos ha dado la oportunidad de experimentar la salvación, y de conocer a Jesús a través de ella. Nuestras vidas cambiaron con el fin de ser parte del reino de los cielos y de esparcir la semilla del evangelio. Jesús nos ha hecho Sus testigos.
No somos salvos para conquistar, o arrebatar, o ser reyes ni reinas, o para declarar nada. Fuimos llamados a vincular la humanidad a Cristo, y con Él, reunir todas las cosas; las que están en los cielos y en la tierra.
Es cierto que existen voces que anuncian que tenemos que posicionarnos, y empezar a declarar que el mundo esté a nuestros pies, porque somos “Reyes y Sacerdotes”. Sin embargo, no existe ningún tipo de referencia bíblica que soporte este “super humano” que tiene a su disposición a Dios para satisfacer sus caprichos.
Dios nos llama a ser mansos y humildes de corazón. Nos invita a amar a nuestro prójimo. Pablo dice: sed imitadores de mí como yo de Cristo. Lo que significa que si seguimos lo que Él plantea, tenemos que estar dispuestos a dar nuestra vida por la salvación de un alma.
Cristo vino  a salvar  lo que se había perdido


Josías Ortiz González

miércoles, 6 de junio de 2012

Voluntad de Dios Individual: Parte II

Lectura: Mateo 28:16-20
“…id y haced discípulos…”

Para entender la voluntad de Dios para nosotros, de forma individual, tenemos que partir de tres principios: 1ro Existe una voluntad para el individuo, 2do Lo individual de Su voluntad no está por encima de Su voluntad expresa. 3ro  Para que se haga evidente, debemos sostener una relación con Dios.
Nos hacemos llamar cristianos; a razón de nuestra entrega a la ideología de Cristo. Él es nuestro modelo a seguir. Por lo que al analizar el perfil de Cristo y Sus enseñanzas, salen a la luz, dos cosas importantes: Primero, para Él lo más importante era hacer la voluntad de Su Padre: Entregar Su vida por la humanidad. Segundo, asumió Su rol como sacrificio. Toda Su obra en la tierra giraba en torno a esto.
Igualmente nosotros. Estamos para hacer la voluntad del Padre. Pero, en este caso, sobre la base de lo que Cristo instruyó. Existe una correlación entre lo que hacemos, lo que hace Cristo, y el cumplimiento de la voluntad del Padre. En la medida en que sigamos las instrucciones de Jesús, Su labor de Salvador se hará efectiva, por ende, la voluntad del Padre.  Él nos instruyó a: Id y haced discípulos. Siendo testigos (Hchs. 1:8). En otras palabras, nuestro rol es predicar
Para entender la voluntad de Dios para nuestras vidas, de forma individual; tenemos que asumir que nuestra función es esparcir la semilla del Evangelio. Todo se resume a esto. Dios quiere que demos a conocer Su Palabra. Que personas vengan a Cristo, para reunir todas las cosas en Él. Y lograr cumplir la voluntad expresa de Dios.
No necesitamos de algún profeta, o pastor, o líder, o maestro para esto. Solo tenemos que seguir la  instrucción.


Josías Ortiz González

martes, 5 de junio de 2012

Voluntad de Dios Individual: Parte I

Lectura: Mateo 28:16-20
“…id y haced discípulos…”

Una de las interrogantes, que he visto, más frecuentes en las personas que siguen a Cristo, es determinar cuál es la voluntad de Dios para ellos. Ha habido congresos, personas han consultado a profetas, pastores, líderes y maestros; hasta ayunos, para tener tan preciada información.
En función de esta premisa, y para poder desmembrar tan intrincada información, tenemos que partir del principio de la existencia de una voluntad de Dios para el individuo. Y que esta, en cierta forma, representa una labor específica.
Ahora, de la misma manera en que partimos de que existe una voluntad de Dios para el individuo, tenemos que decir que Dios no excede a aquello plasmado en Su Palabra. De manera que lo individual no superponga  lo general. En otras palabras, Dios no se contradecirá con lo escrito en la Biblia.
Hemos sido bombardeados con frases como: “Dios hará cosas grandes contigo”, “Te enviará a las naciones”, “Reclama tu bendición”, “Tienes que poseer tu heredad” o “Dios puso en ti un don especial”, etc. Sin embargo, el común denominador en estos enunciados es que carecen de especificaciones, implican una promoción personal, y sugieren un cambio de estatus, tanto, socio-religioso como económico. Mientras que Jesús ofrece una cruz.
Cuando estos falsos ofrecen estatus, posicionamientos y riquezas. Cristo dice: en el mundo tendréis aflicciones.
A todo esto, para entender la voluntad de Dios en nuestras vidas tenemos que partir de Su Voluntad Expresa. Para entonces adecuarnos y encajar dentro de ella. Y lo que busca esta voluntad es reunir todas las cosas, las que están en el cielo y en la tierra, en Cristo (Efe. 1:9-10).
Para lograrlo, lo primero que  se necesita es sostener un vínculo. Una relación con Dios.



Josías Ortiz González

lunes, 4 de junio de 2012

Voluntad Expresa de Dios

Lectura: Efesios 1: 3-10
“De reunir todas las cosas en Cristo”

Hablar de la Voluntad de Dios, es entrar al corazón de Dios. Hurgar el deseo que Él tiene para la humanidad.  
A través de la historia vemos cómo Dios, de alguna manera u otra, ha revelado el deseo de Su corazón. Pablo, en su carta a los Efesios, engloba la voluntad de Dios en reunir todas las cosas en Cristo. De manera que Cristo es el eje sobre el cual gira Su Voluntad.  El punto de cohesión entre Dios y la humanidad.
Al pecado entrar en la humanidad, se dio una ruptura en la relación con Dios. Génesis registra que lo primero que sucedió fue darse cuenta de su condición, y decidieron cubrirse. Luego se escondieron de Dios y por último relegaron la culpa. El pecado marcó sus vidas y la relación con Dios.
Sin embargo en 2da de Pedro 3:9 dice: “…sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. El vehículo que Dios utiliza para reencontrarse con Su creación es el arrepentimiento. Reconocer nuestra condición pecaminosa y ver que la solución a esta es Jesús.
Mateo 18:11 dice: …ha venido a salvar lo que se había perdido. La voluntad de Dios es que seamos uno en Él. Restablecer el vínculo original con Su creación. Y la única manera de lograr esto es a través de Jesucristo.
Cristo dio Su vida por nosotros para hacernos parte de Sí mismo. Él es el punto sobre el cual se reúnen todas las cosas, las que están en el cielo y en la tierra. Y está disponible en cualquier momento.
La Voluntad expresa de Dios es reunirnos, a ti y a mí, en Cristo.


Josías Ortiz González

viernes, 1 de junio de 2012

Jesús: Salvación

Lectura: Lucas 4:16-21
“…Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”

Jesús se caracterizó por hacer declaraciones públicas contundentes. Entre ellas, que la profecía dicha por Isaías en el capítulo 61, estaba cumpliéndose en ese momento delante de los hombres que asistieron a la sinagoga. Ante sus ojos estaba la salvación de Israel. El Mesías esperado. La respuesta a la humanidad. Y existen algunas especificaciones acerca de la misión que venía a cumplir.
Jesús vino a predicar las buenas nuevas, que es el Evangelio. A Vendar a los quebrantados de corazón, libertad a los cautivos y presos, a proclamar el año de la buena voluntad; entre otras cosas. En resumidas cuentas, Jesús representa la salvación a la condición de insuficiencia espiritual de la humanidad. Cristo vino a suplir las necesidades del alma.
La pregunta que surge es ¿Por qué hay tanta necesidad entonces? Porque no hemos asumido el cumplimiento de esta promesa. No hemos concretado el concepto de la salvación en nuestras vidas.
Salvación no se simplifica a solo ir al cielo, que es el fin último de todo creyente, sino que representa la satisfacción a la necesidad intrínseca de la humanidad. Una relación significativa con Dios.
Jesús no estaba diciendo que las aflicciones se acabarían al aceptarle. Todo lo contrario, Él mismo en Juan 17:33 dijo: en el mundo tendréis aflicción. Confirmando que la aflicción es parte de este camino. Sin embargo, más adelante en ese mismo verso dice: pero confiad, yo he vencido al mundo. Cristo es la respuesta, quien satisface la necesidad del alma. Que está por encima de la dificultad del mundo. Solo tenemos que confiar que Él venció.
Cristo nos ofrece la salvación que completa nuestro ser y satisface el alma. Creámosle; Él tiene las respuestas.
Jesús es Salvación.


Josías Ortiz González