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lunes, 17 de diciembre de 2012

Salmos de David: Salmo 22

Lectura: Salmo 22
“De ti será mi alabanza en la gran congregación…”

En este Salmo se conjugan dos voces principales: El reclamo de un hombre ante el asedio de sus enemigos, y el reconocimiento de la intervención de Dios ante situaciones de dificultad. Haciendo un mayor énfasis en los reclamos; enfocados a la ausencia de un Dios que había prometido estar presente.
David estaba atravesando por un momento de asedio, temor y soledad. Sin sentir el respaldo del Dios que había hecho maravillas con sus antepasados y, aún más, con él mismo.
Durante los primeros dieciocho versículos se nota el descontento ante la problemática del momento. Pero, a partir del verso 19, da un giro. Desde este versículo, el Pastor-Rey, incurre en la alabanza. Dándose cuenta de que la respuesta no reside en hacer énfasis en el reclamo sino en alabar a Dios
Esto  no quiere decir que tenemos que eximirnos de expresarle a Dios nuestros sentimientos. Por el contrario; debemos cultivar una relación de apertura y sinceridad con Él. Sin embargo, la realidad es que a través de la alabanza se logran cosas que con el reclamo no.
Ahora ¿Qué significa alabar a Dios?

Es reconocer la supremacía de Dios. Que independientemente de nuestra realidad, Él es digno de que nos postremos y rindamos el tributo que solo Él merece. No por el hecho de que nos resuelva una situación determinada, sino porque Él es Dios. Nuestro Creador. Y nos ha amado con un inigualable amor.

De manera que está en nosotros pasar de una voz de reclamo a una de reconocimiento a Dios. A raíz de que en Su condición de Dios es digno de nuestra alabanza y adoración.

 

Josías Ortiz González

 

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